No nos sorpendió, porque impactó de lleno en el voraz deseo de escuchar a nuestro joven representante en Catalunya, al que ya habíamos leído en otros artículos, tanto en diversas publicaciones y tesinas, como en nuestra web. Fue presentado de manera grandilocuente por el Iltre. Concejal del Excmo. Ayuntamiento, asi como por el Presidente de la Asociación Círculo Románico.
El Escorial estaba en fiestas, pero aún así llenamos más de media sala -unas 60 personas-, en una radiante mañana de verano para escuchar conferenciar a Don Carles Sánchez Márquez, doctorando de la Universidad Autónoma de Barcelona, quien nos propuso dialogar sobre "La iluminación de manuscritos en el occidente medieval (400-1400). Génesis y desarrollo", un magnífico recorrido por el arte de la miniatura medieval en Beatos, Biblias y Evangelarios, sus diversas técnicas, difusión medieval y actual de los diversos ejemplares que todavía se conservan en las Bibliotecas y Museos más importantes del planeta, por supuesto incluídos los existentes en esta ciudad.
Expuso con extraordinario detalle de imágenes y gran elocuencia cómo el género de la ilustración de Libros alcanzó un importante rango artístico en la Baja Edad Media. En ese momento, que podríamos definir como punto álgido de la iluminación, se llevó a cabo la ilustración de libros de lujo que eran encargados a los artistas más importantes de la época. Tal es el caso de las Muy ricas horas del Duque Jan de Berry, libro que es considerado como “el rey de los manuscritos iluminados”, una obra cumbre en la historia de la creación artística. Las muy ricas horas, que cumplen con los más exigentes criterios estéticos, son el resultado final de una larga evolución artística cuyo génesis u origen debemos situar en los primeros siglos de la Edad Media.
Tras una primera etapa de convivencia entre textos profanos y cristianos (Virgilius Vaticanus, Génesis de Viena), cuyas imágenes muestran los ecos de la herencia clásica, Carles nos mostró cómo el arte de la ilustración vivió un primer período de esplendor en Irlanda. Entre finales del siglo VII y principios del siglo IX se confeccionaron en la Isla un número considerable de manuscritos, entre los cuales destacan por su riqueza y valor artístico el libro de Durrow y el libro de Kells. Sin embargo, la miniatura se erigió como una de las principales manifestaciones artísticas del Renacimiento carolingio del siglo IX, ya que da buena cuenta del florecimiento cultural que impulsa la corte. Hallamos una miniatura muy rica estética e iconográficamente que va a ser gestada en cuatro principales escuelas: Aquisgrán, Tours, Reims y Metz.
En el siglo X, mientras en el Sacro Imperio Germánico tenía lugar el desarrollo de la miniatura otoniana, en la Península Ibérica emergen con fuerza los Beatos. Las ilustraciones de estos códices (Beato de El Escorial, Beato de Fernando I, Beato de Girona), muestran los ecos de la escultura hispano-visigoda ( Quintanilla de las Viñas), el arte islámico (Medina Azahara) y el mozárabe propiamente dicho (Beato de San Miguel de Escalada).
Mostrando las distintas evoluciones, a la vez que recreando las correspondencias formales a través de las distçintas époocas, don Carles Sánchez Márquez agradeció a los asistentes su aplauso prolongado así como el turno de intervenciones con el que se cerró el acto.