Torres del Rio (Na)

Iglesia del Santo Sepulcro; considerada capilla funeraria por la estructura arquitectónica del edificio. Su linterna ha llegado hasta nuestros días en perfecto estado de conservación, y a su lado una escalera de amplio desarrollo, en un gran cubo cilíndrico que ocupa por completo uno de los frentes del octógono de la iglesia. Esta escalera no puede responder a la mera finalidad de reparar de vez en cuando las cubiertas, sino que parece que su finalidad junto con el resto de la iglesia era la de sostener el faro de los muertos. Un dato a destacar de la iglesia es su gran cúpula, testimonio más importante de Navarra de una tan directa influencia califal. (49)

Estamos ante un edificio de planta octogonal, en cuya cara oriental se abre un ábside semicircular y en el lado de occidente un cilindro añadido, en su interior una escalera de caracol da acceso a las zonas altas del edificio. Tiene dos puertas: la principal en el muro sur y otra que comunica la nave con las escaleras. El alzado al exterior, queda organizado en tres cuerpos: el ábside, el prisma octogonal y un segundo prisma octogonal de menores dimensiones, colocado como culminación del edificio, en el centro; para acceder a él, se hace por la escalera de caracol. Interior y exteriormente se distribuye en tres niveles: el primero arrancasobre un zócalo del que lo separa un doble rebaje, por el interior coincide con un banco de piedra corrido que recorre el perímetro. En la cara sur se abre la puerta principal, adornada con una cruz patriarcal posmedieval en el tímpano. Está formada por una arquivolta en forma de bocel y una chambrana aspada en el tímpano. Los cimacios de los capiteles se decoran con roleos. En el ábside encontramos una ventana estrecha con abocinamiento interior y sin decoración. Al interior, la embocadura del ábside presenta una columna a cada lado que sostiene un arco de medio punto. Una moldura horizontal marca el comienzo del segundo nivel; al exterior lleva arcos apuntados ciegos en todas sus caras, salvo en la oriental. Los dos paños que flanquean el ábside muestran vanos con arcos de medio punto que apoyan en columnas y se adorna el trasdos del dovelaje. En el interior, hay dos ventanas que dan luz, el resto del paramento es liso, salvo la hilada más elevada, ýa que en cada paño se ven dos ménsulas decoradas con tres cañas que soportan los nervios de la bóveda. Al exterior una segunda moldura horizontal es la solución de continuidad con la bóveda. Presenta en ocho de sus lados ventanas con dos arquivoltas en forma de grueso bocel, enmarcadas en mdias cañas adornadas con bolas. Cada arquivolta exterior descansa en columnas con capiteles decoerados y las interiores lo hacen en montantes lisos; una chambrana trasdosa las dovelas de cada arco. Al interior, una gruesa moldura ajedrazada, separa los diferentes niveles.

El tercero coincide con la bóveda, construida sobre ocho nervios de sección cuadrangular que se cruzan, ubicando por paneles. Se abren unas ventanas muy pequeñas entre cada pareja de nervios, se encuntran decoradas con celosía calada pétrea. Para finalizar se colocó la boveda central sobre una moldura ajedrezada. Al exterior, cada esquina del octógono dispone de una semicolumna que recorre las tres alturas, sus capiteles soportan la cornisa, junto con unos canecillos , ésta se decora con bolas. El cuerpo superior, menor en tamaño, repite la disposición del cuerpo central, salvo por los vanos, posee una ventana y una puerta enfrente de la escalera de caracol de factura posterior. En cuanto a la decoración escultórica, Torres del Río no posee portada monumental y los canecillos tienen la misma decoración de tres rollos, así tendremosque fijarnos en sus capiteles y ménsulas. Sólo dos de los capiteles son historiados, se trata de los que corresponden con la embocadura del ábside, en ellos vemos un Descendimiento y en el segundo una Visitación al Sepulcro (Resurreción). En el resto de los capiteles vemos motivos vegetales y animales fantásticos y reales. En cuanto a las ménsulas; la septentrional nos muestra la cabeza de una fiera que sujeta en sus fauces un perro sin cabeza, y en la meridional vemos la cabeza de un gran sileno, con rostro humano y largos cabellos. Las celosías de las ventanas se abren bajo arcos trilobulados rematados en tres torrecillas, el tema principal de las celosías es el entrelazo de cintas perladas. En los nervios de la bóveda, nos encontramos inscriciones y motivos pintados. 

Preside el altar la imagen de un Crucificado de cuatro clavos, semidesnudo, salvo un paño que le cubre, barbado, con corona, pero ya muerto, puesto que sus ojos están cerrados y la cabeza está doblada al lado derecho. (459) 

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