Queridos amigos:

Con motivo de mi reciente visita a la zona de la Rioja Alta, e impresionado por la belleza de muchos de sus templos románicos, he decidido abrir este tema en el cual, apoyándome en el texto de una conferencia de la catedrática Mª de los Ángeles de la Heras, he pensado hacer un repaso por las características de dicho arte en la región, a la par de iros mostrando imágenes y comentarios de los templos que he tenido la suerte de contemplar. Como me he centrado en aquellos que faltaban en el Banco de Fotos de Círculo, iré incluyendo los reportajes fotográficos en el mismo para que disfrutemos todos de ellos. Os pido disculpas por la calidad de algunas imágenes, pero lo cierto es que las condiciones climatológicas no ayudaron mucho, y muchas fotografías están tomadas al abrigo de un paraguas, o muestran los efectos de las embestidas del viento...



Permitidme una pequeña introducción histórica. Fue en el 714 cuando las tropas de Musa Ben Nusayr, que venían de Zaragoza, llegaron a las tierras de La Rioja, convirtiendola en una parte de la Frontera Superior de Al-Andalus. Los monarcas asturianos se vieron atraídos por la riqueza de esta zona, pero no fue hasta la caída de los Banu Qasi, a comienzos del siglo X, cuando Ordoño II de León, junto con Sancho Garcés I de Pamplona, pudieron iniciar la reconquista de la zona.

Sª Mª de los Arcos.

Desde el 923 al 1076 La Rioja estuvo anexionada al reino de Pamplona, y durante esos años se reconstruyeron castillos (como el de Clavijo, al que hace referencia la nueva portada de la web de Círculo Románico), aldeas e iglesias, como la de Santa María de los Arcos, el monumento religioso más antiguo de La Rioja (data del siglo V y fue construido sobre un antiguo mausoleo romano del siglo III que ocupaba la zona del presbiterio o Cámara Santa), y se edificaron otras nuevas en las que se hacía notar la influencia islámica. A partir de 1076, cuando la región se incorpora al reino de Castilla, el románico empieza a introducirse debido, sobre todo, a la donación de Sª Mª la Real de Nájera que hizo Alfonso VI al abad de Cluny, y a la promoción de las peregrinaciones jacobeas que este mismo monarca realizó.

Antes de seguir recordar, como bien dijo Jean Hubert, que los grandes problemas de la Historia del Arte difícilmente pueden encerrarse en los límites de una región, y que lo que pretendo hacer es una aproximación en la que todos estáis invitados a intervenir.

Canales de la Sierra.

Existen pocos templos del siglo XII, y la mayoría tienen ábside semicircular y bóveda de horno, aunque también existen ejemplos de testero recto y bóveda de cañón más baja y estrecha que la nave, influenciado por el arte asturiano, de influencia asturiana, como la iglesia de Canales de la Sierra; comparadla con San Miguel de Lillo y Santa María de Lena:



En la citada iglesia de San Cristóbal se aprecian dos detalles que distinguen a los templos de La Rioja Alta (zona más occidental) de los de La Rioja Baja: el empleo de la sillería en vez de la mampostería (que se usa más en la segunda), y la realización de anexos como torres o pórticos. Un ejemplo extremo (y creo recordar muy querido por Miguel) es la de la ermita de Viguera:



El hecho de que el románico en La Rioja alcanzase su esplendor en el siglo XIII, hace que encontremos elementos más o menos extraños a dicho estilo: desde el apuntamiento de los arcos y de las bóvedas, hasta los arcos descansando en sobre columnas pareadas (como en el caso de la primera iglesia que visité en mi andadura: CASTILSECO), y otros que analizaré en próximas entradas.

San Julián.

La iglesia de San Julián, en Castilseco, consta de una sola nave, un anteábside, separados ambos por una espadaña, y un ábside; otra espadaña se levanta sobre el hastial oeste. El bellísimo ábside se divide en cinco paños por cuatro columnas que, a excepción de la que os muestro a continuación (cabezas con corona), tienen decoración vegetal.



Las tres ventanas son una preciosidad, como podréis ver la semana próxima en el Banco de Fotos, pero quiero que os fijéis especialmente en esos lazos que decoraran la que se encuentra más hacia el sur:



En la foto anterior también podéis comprobar las dos impostas que recorren el ábside. En la temática de los canecillos predominan también las caras humanas, al igual que en las citadas dobles columnas situadas en el arco triunfal, al que no pude acceder, pero del que tomo prestada una fotografía de la web riojaromanica.com:

El interior del templo se encuentra en obras, durante las cuales creo haber leído que han aparecido enterramientos del siglo XII y algunas pinturas más tardías. Os dejo con dos imágenes de la portada donde se aprecia, por un lado, el apuntamiento de las arquivoltas y, por otro, la tosca labra de los capiteles:




Abrazos.

Coño!!, este ha regresado con fuerza!!
No quiero interrumpir tu exposición, así que guardo temas de lo expuesto para el final de la misma, y entre ellos fotos de Viguera del Banco de Fotos, a donde ya veo que no subiste...Un abrazo. Saludos.

Queridos amigos:

¡Que dulce despertar de domingo este en el que se vuelve a ver en nuestro rincón las palabras de nuestra amiga Mati!

Por otra parte, Miguel, no interrumpes para nada: tus comentarios siempre se agradecen.

Prosigo este tema con los rasgos que, siendo relativamente ajenos al románico, hablan del carácter tardío de este arte en los templos riojanos. Los haces de tres columnas, en las cuales la central es más gruesa, descargan:

-los arcos fajones que refuerzan la bóveda de cañón de la nave, como en Tirgo:



-el tejaroz del ábside, como la ermita de La Concepción situada junto al cementerio de Treviana. Lo que en realidad hoy se ve es la cabecera de una iglesia que en su día pertenecía al monasterio de San Pedro, y que guarda muchos parecidos con otra ermita situada a las afueras de la localidad, que en próximas entradas os mostraré: en ambas construcciones se percibe el influjo del románico burebano.



Los haces de tres columnas de los que hablaba, que dividen este ábside en tres tramos, y la columna acodillada entre al ábside y el anteábside, se encuentran también en esta iglesia burgalesa de Soto de Bureba:



Debajo del guardalluvias decorado con octofolias, los capiteles que sujetan las arquivoltas de las ventanas ofrecen esculturas, en su mayoría arpías, tan interesantes como esta:



Los canecillos que también ayudan a sostener el tejaroz podréis verlos en el reportaje fotográfico que la semana próxima aparecerá en el Banco de Fotos, pero quiero mostraros el capitel del único haz de columnas que permanece, por la singularidad de que manos y cabezas aparezcan por separado, como saliendo de un baño de espuma...




Como no pude acceder al interior, quiero mostraros esta imagen de riojaromanica.com en la que se ve un arco pentalobulado que, de nuevo, nos recuerda a otro templo burgalés:



Navas de Bureba

Y para acabar con el homenaje a este bello monumento, a medio camino entre la ruina y la gloria, os propongo un juego visual en el que tenéis que encontrar la talla de un capitel entre todas las piedras que componen el muro del cementerio...



Abrazos.

¿Un capitel dórico? Saludos.

Yo si, que lo veo... ahí... ahí... con forma de ocho, hacia la izquierda.

Magnífico, Ray.

Queridos amigos:

Veo que tenéis todos buen ojo...

Otro de los elementos un tanto ajenos al románico que se encuentra en algunos templos riojanos son las cul-de-lamps, columnas supendidas sobre ménsulas, sin ninguna función salvo la de recibir los nervios de una bóveda de crucería de haberse construido. Un ejemplo son las que se encuentran en el presbiterio de la iglesia de San Román, en Villaseca.



Los músculos del invierno se ejercitaban a fondo sobre piedras y seres, pero no conseguían arrancar la belleza de los unos ni la alegría de los otros:

Villaseca.

A la pared sur se encuentra adosado un arco de entrada del que fue recinto amurallado:



Otro elemento que muestra la transición al gótico es la portada, coonstituída por tres arquivoltas apuntadas que se disponen sobre seis columnas con encapitelado continuo.



En ese hermoso embarazo artístico que constituye el ábside...



...encontramos, entre otras cosas, el que creo debe ser un homenaje a los canteros que trabajaron en la obra:



Como la ya vista iglesia de Castilseco, el topónimo de la localidad parece provenir de la desecación que en el siglo XI se hizo de la zona palustre del río Roganto que trascurre por la zona. No acaban ahí las coincidencias: comparad la decoración vegetal de sendas ventanas en los ábsides...

Castilseco.

Villaseca.

Gracias a todos por acompañarme en este viaje en diferido por tierras riojanas, del que queda aún lo mejor...

Abrazos.

Queridos amigos:

Para finalizar con los elementos estructurales que, sin alterar la estética románica de de los edificios donde aparecen, serían el germen de un cambio en el arte, por no tener una función práctica concreta, apuntar la aparición de ábsides poligonales en el exterior y circulares en el interior, como el que presenta la bellísima ermita de la Asunción, en la localidad de Santasensio de los Cantos. Situada en el valle del rio Oja, y como las que tanto me encandilan, aisladita en medio de un paraje evocador, se accede a ella cruzando el lecho pedregoso de un torrente que baja de la sierra:



Lo que hoy se puede contemplar es un ábside del siglo XIII y el falso crucero, pues la nave, construida posteriormente, desapareció. El edificio superviviente se cerró con un muro de mampostería.



En dicha cabecera se encuentran de nuevo esas tres columnas adosadas, la central más ancha, como en las ermitas de Treviana o las de la Bureba burgalesa.




En su interior el ábside se cubre con bóveda de horno y las columnas que sustentan el arco fajón que separa las ambas cubiertas, existen otras dos que también parecen estar preparadas para acoger los nervios de una bóveda de crucería que no se llegó a realizar. El arco triunfal se apoya en semicolumnas adosadas a pilastras con capiteles vegetales de tipo cisterciense.



Aunque no pude acceder al interior, desde un agujerillo pude realizar la foto anterior, en la que también se observan las interesantes pinturas (por su escasez en el románico riojano): a la izquierda se representa la Santa Cena, y la derecha una Adoración de los Reyes Magos. Otra sorpresa en el interior, que también pude captar gracias a otro agujero en la reja, realizados seguramente ambos por algún otro romanicófilo empedernido , es este sencilla pero bella pila bautismal en forma de cáliz y con gajos que le dan aspecto de concha marina:



Este tipo de tazas tienen un simbolismo acuático, pues la vnera es la fecundidad acuática, el fértil vientre espiritual. La forma avenerada se utilizó también a menuco en las aguabenditera y permanece en la pequeñas conchas naturales o metálicas utilizadas actualmente para derramar el agua de la infusión sobre la cabeza de los niños. Minerva Saénz. Según esta misma autora, la pila se encuentra en su lugar de origen, aunque el pie pertenece a otra época.

Abrazos.

Lo prometido es deuda, por lo que ahí va mi comentario, un comentario que no puede sino ponderar el magnífico provecho sacado a ese tan completo románico de La Rioja y el interés de ráyave en hacernos partícipes de sus emociones, como siempre.
La disputada Rioja en la que encontramos de paso lo mismo a los romanos que a los visigóticos, o los musulmanes, pasando por los prerrománicos asturianos y los viajeros burgaleses, nos deja improntas de su paso en los pueblos y en los montes que ráyave describe tan fenomenalmente como siempre. De lo dicho destaco el haber sabido encontrar y traernos tanto las afinidades con el prerrománico asturiano como con la Bureba burgalesa, en una atinada identificación de elementos con la sorprendente iglesia de Soto de la Bureba, en la que quizás puedan encontrarse influencias de los gaélicos establecidos en la zona.
También algo que no dice, como el identificar el posicionamiento de la iglesia paleocristiana advocada a la Virgen de los Arcos, que es el correspondiente a las afueras de Tricio, lo que digo por si alguien quiere visitarla. En esta iglesia, en su ábside encontramos pinturas románicas realizadas sobre otras anteriores (sorpresa!!) yo diría que al menos por dos artistas con notables diferencias cualitativas entre ellos. Del peor es la cena y el crucificado, en éste casi no se destacan sus conceptos románicos, las piernas no son del formato standard y las figuras de los acompañantes están algo achaparradas. En todo caso, bonito para una obra local en la que también puede apreciarse musovaria romana en el suelo en alguna esquina.
Sigo en ela próxima entrada.

Dirijo ahora mis pasos a mi querida Viguera, a la que se refiere el apreciado bardo. Una pequeña ermita que sorprende, además de por su ubicación, por el equlibrio de sus volúmenes en el exterior. Fue construida por los propios eremitas que desde antiguo poblaron sus cuevas adyacentes, compartiendo su vivencia con la de las rapaces que abundan en el paraje.
Y la construyeron con los materiales de que disponían y con los conceptos que les llegaron, pero hicieron trampa, porque si por fuera es una ermita claramente románica,


por dentro no ocultaron el mantenimiento del querido ritual mozárabe más manifestado en la construcción de los iconostasios que en las formas de los arcos

aspecto que queda también evidenciado en la prolongación del presbiterio más de lo habitual en el románico y que se evidencia también al contemplarla desde el exterior.

Pero algo hay de misterio, de historia oculta en Viguera. Allí debió de haber algo más que eremitas ascéticos porque resulta que la iglesia aloja importantes pinturas interiores y parece que la fuente de inspiración de tales pinturas estaba en los manuscritos




En fin, ráyave, un gran relato de un viaje envidiable. Se te agradece. Saludos.

Vaya par de dos amantes del té y del cafelito, respectivamente...

Sigo expectante vuestras deambulaciones riojanas, para no perder ni una sola gota del buen vino que destila vuestro románico.

Abrazos...