Hola a todos
La entrada, por necesidad del tema, un poco larga. De nuevo, nos tiramos a la piscina con este sorprendente románico aragonés.
Para hacerlo, empezaremos utilizando como guía didáctica el artículo de Miguel A. Lafuente Pérez que explica de forma magnífica la distribución de las escenas pictóricas de Bagüés. Dicho artículo “La pintura medieval en el museo Diocesano de Jaca”, se encuentra en un PDF titulado Libro de las Comarcas, del portal aragón.es.
Lafuente sostiene que en Bagüés contemplamos la más completa Biblia de los Pobres (Biblia pauperum) que se conserva de las muchas que se hicieron en las iglesias del Románico. Sin embargo, intentaremos demostrar que es una Biblia especial, ya que se confeccionó siguiendo los conceptos EGRESO/REGRESO de la filosofía teológica de Juan Escoto Eriúgena. Antes de nada, una imagen:
Ahora, un poco de filosofía y teología. Seré breve, pondré sólo la necesaria:
“El Periphyseon contiene una comparación de la Biblia y la Naturaleza de las dos vestiduras de Cristo, y en su Homilía sobre el Prólogo al Evangelio de San Juan Eriúgena sostiene que la luz eterna se revela a sí misma al mundo de dos maneras: a través de las Escrituras y a través de la creación. En el Comentario al Evangelio de San Juan habla de las sandalias de Cristo, que producen las huellas de Sus pies y que él compara con la Escritura y la creación. Juan el Bautista al decir que no es digno de desatar la correa de las sandalias de Cristo quiere decir que él no puede desenredar la intrinsicación de la Sagrada Escritura y la creación. La analogía entre las Escrituras y la naturaleza se deriva de que ambas fueron creadas para el uso del hombre, para ayudarle a volver a Dios.”
(KIJEWSKA, El fundamento del sistema de Eriúgena, Anuario Filosófico. 2000 (33) (505-532) pp. 518-519.)
En primer lugar, ya aparecen los conceptos de la creación y las Escrituras, los dos que se utilizaron para realizar todas las escenas de las pinturas murales de Bagüés. Avancemos un poco más:
“El hombre obtiene la visión de Dios sólo por la experiencia de las teofanías, puesto que Dios es invisible en sí mismo, y está in nubes. Pero es sobre todo el sistema circular de pensamiento, expresado en el proceso de egreso y regreso, donde la naturaleza en cuanto tal es lenguaje teofánico, cuya manifestación se fundamenta sobre el proceso de la eterna generación trinitaria.”
(PACHAS, J.A. Influencia de Gregorio de Nisa sobre Juan Escoto Eriúgena. Aproximación a partir del Periphyseon. Teología y Vida..Vol. XLV (2004) (539-563), (pp.562-563) p.563.
Ahora ya tenemos la explicación teológica de la ordenación de las pinturas de Bagüés como un sistema circular de pensamiento expresado en el proceso de egreso y regreso. Una ordenación que Lafuente explica de forma descriptiva de la siguiente manera. Según Lafuente, los temas están distribuidos en cuatro registros-franjas a lo largo de los muros laterales, en una imaginaria línea espiral, en dirección descendente, para llegar hasta el nivel del suelo, y comenzar un movimiento ascendente en el cilindro del ábside hasta el cuarto de esfera de la bóveda con la imagen del Pantocrátor.
Es decir, en la distribución de las escenas pictóricas de Bagüés, nos encontramos ante la realización plástica de los dos principios teológicos de Eriúgena: el Descendente, el Egreso y el Ascendente, el Regreso.
Sigamos el modelo de la explicación descriptiva del orden de las escenas propuesta por Lafuente. En el registro más alto: el origen del hombre, de la mujer, del pecado original, del mundo con todo lo que contiene, Caín y Abel, el diluvio y la figura de Noé.
En el segundo registro comienza el Nuevo Testamento: la Anunciación del Ángel a María, la Visitación de María a su prima Isabel, el Nacimiento del Niño-Dios, la Adoración de los Pastores y la Adoración de los Magos, y, a la misma altura, en el lateral del Evangelio hacia adelante, sigue la Huída a Egipto, la matanza de los Inocentes, la Presentación de Jesús en el Templo y concluye con el Bautismo de Cristo.
En el tercer registro empieza la vida pública de Jesús: las tentaciones en el desierto, la vocación de los primeros discípulos, las Bodas de Caná de Galilea, la actuación de Jesús con los Apóstoles, el encuentro con la Samaritana, las hermanas de Lázaro suplicando a Jesús por el hermano muerto, y la Resurrección de Lázaro.
Y terminan los murales en el cuarto registro: la escena del beso de Judas, el prendimiento de Jesús en Getsemani y la acción violenta de Pedro costándole la oreja a Malco.
Continuando con la explicación de Lafuente, si en los muros el movimiento es descendente, en el ábside cambia la dirección desde el plano inferior, el movimiento ahora es ascendente, donde se narran los acontecimientos del Calvario: Jesucristo crucificado. Siguen las escenas de la Resurrección de Jesucristo, con las mujeres que se encuentran con el sepulcro vacío; la Resurrección de los muertos, con los sepulcros abiertos; y la Magdalena a los pies de Cristo Resucitado del Noli me tangere.
En el segundo plano, a uno y otro lado del vano, están los Apóstoles y la Virgen, testigos del misterio de Jesús, con las manos indicando la figura principal de todo el conjunto y que da sentido a todas las demás: el Pantocrátor, que ocupa la mandorla mística del cuarto de esfera del ábside, en la forma original de un Cristo triunfante en la Ascensión. Hasta aquí la magnífica explicación descriptiva de Lafuente. Ahora, una vez más, tenemos que regresar a la teología.
¿Por qué las escenas pictóricas de Bagués se acaban con el tema de la Ascensión y no el de la Parusía o segunda venida de Cristo? Hay que volver a leer, por última vez, un poco más:
“La gran teofanía de Dios es su manifestación a través de la carne... También para Eriúgena la revelación del misterio de Dios toma lugar propiamente a través del Dios-hombre, Jesucristo, la luz del hombre... Eriúgena tiene una comprensión cristocéntrica de la revelación de Dios. El Hijo de Dios, siendo con el padre coeterno y coesencial, aparece como Logos, razón y causa de la creación... Considerando que nadie asciende si no desciende el Hijo, y que toda criatura perfecta consta de naturaleza y gracia, el Carolingio aplica también a Cristo la autoría de la gracia sobre la creación, pues este Verbo, desciende desde su grandeza y se encarna por condescendencia con el hombre, es decir, bajando del cielo llega a ser un hombre como nosotros, viviendo en el espíritu, y tras ser crucificado y resucitar asciende a los cielos.”
(PACHAS j.a, Op. Cit. P.555-556)
Por eso, el ciclo pictórico de Bagüés acaba con el tema iconográfico de la Ascensión y no se realiza una Maiestas Dómini con Tetramorfos como, por ejemplo, en Taüll. De nuevo, nos acabamos de tirar a la piscina. El redactor teológico de la iconografía pictórica de Bagüés conocía el pensamiento de Juan Escoto Eriúgena. Sorprendente este románico aragonés.
Un abrazo a tod@s