Querido amigo Kuco, creo que no tiene mucho más sentido común seguir argumentando al respecto de la dolomía o piedra caleña utilizada en el románico de Ávila, una caliza también utilizada en la giorola de la Catedral. Inserto una explicación tomada de la guía "El Románico en Ávila", © by Vicente Herbosa y Ediciones Lancia, SA, ISB 84-8177-055-8. Dep. Legal M-32.014-2.000 (Madrid), con el ruego de su autorización para ser publicada en este foro:
Contemplando ahora el interior del templo, después de cruzar el edificio todo a lo largo, impresionados por la gallardía y estilización góticas, accedemos a la cabecera, la única parte románica. Admiraremos así una girola de dos naves, acaso la más atrevida de la arquitectura hispánica. Se cubre con audaces bóvedas de crucería de planta trapezoidal, apoyadas, además de uno pilares adosados a los muros, sobre columnas independientes, muy esbeltas y de frágil apariencia. Algunos de los nervios exhiben una suntuosa ornamentación, formada por carnosos florones. Los capiteles pueden presentarse lisos unos, otros adornados con estilizadas hojas y finalmente, algunos más, rellenos de excelsas figurillas representando diversos pasajes religiosos o profanos, en los que el maestro Fruchel demostró su espléndida inspiración.
Las capillas, nueve en total, se abren diáfanas a la girola y a los tramos rectos que le preceden. En origen se iluminaron con tres saeteras, cegadas más tarde para abrir otros vanos mayores. Uno de los atractivos más peculiares de toda esta parte es la singular bicromía de los sillares.
No procede de ningún tipo de pintura, ya que es característica natural de la piedra utilizada, una roca arenisca con vetas irregulares y muy intensas, extraída de las cercanías de la ciudad. Sus canteras llegaron a agotarse. Por esa causa, o buscando una mayor solidez, las demás partes del templo se prolongaron con la plomiza y dura roca berroqueña, mucho más común y abundante. En su conjunto, en todo el deambulatorio se genera un ambiente irreal, muy ágil, que no consiente estabilizar las miradas en ningún punto.
Admirando ahora la capilla mayor, sustrayéndonos del intenso atractivo del retablo principal, advertimos en los ventanales los mismos diseños que los existentes en el exterior. La luz que penetra por ellos queda tamizada por polícromas vidrieras, colocadas la mayor parte en el siglo XV, aunque también existen algunas anteriores. La bóveda se sujeta con cuatro nervios que convergen en la clave de un arco toral de medio punto, en un estilo de transición hacia el gótico que ya triunfa en el crucero y en las luminosas naves.
Creo, amigo Kuco, que deberíamos centrar ya nuestro aserto en alguna otra de las múltiples y extraordinarias características del magnífico románico abulense, edificado en gran parte con la magnífica piedra caleña de La Colilla; en realidad una dolomía o piedra caliza, con alto contenido en materiales ferruginosos, que la poroporcionan ese aspecto entre rojizo y anarajando color 'sangrante'.