Saint Brendan recorrió los mares a bordo de un Curragh, recia embarcación con la que pudo circunnavegar el Atlántico, como nos cuentan algunas leyendas...
Ah... te refieres a la isla de San Barandán y las leyendas de viejos marinos, de antiguos mapas, de sus expediciones.... Comenzaré entonces por el principio de la historia de este aventurero irlandés -quien al estilo de Ulises en la Odisea- surcó los mares para llevar la fe cristiana al mundo conocido en busca de la Tierra Prometida. FORO CLUB DEL ROMÁNICO La reputación del monje viajero, St Brendan la encontramos en el
Navigatio Sancti Brendani, una narración del siglo IX o X escrita por un monje irlandés. Todavía existen más de 100 manuscritos del latín medieval de este viaje de San Brendan, y hay versiones en inglés, francés medio, alemán, italiano, flamenco y otras idiomas. La historia de los dos viajes, se ha manipulado mucho de su base efectiva original y es imposible separar los hechos de la mera suposición. Sin embargo, un viaje moderno épico condujo a Tim Severin en los años 70, a demostrar que era posible hacer navegar un “currach” –barcos de madera y cuero que aún hoy se construyen en Kerry- hasta América, y por lo tanto que los monjes irlandeses podrían –siglos antes- haber precedido a Cristóbal Colón en el viaje de su descubrimiento.
La leyenda nace sobre la cumbre del Monte Brandon, en el sudoeste de Irlanda, donde en la cima de sus 952 mts de altura existen las ruinas de una pequeña capilla -El Faro de San Brandan-, en la que se asegura que su luz sería vista desde 100 millas de distancia. Allí se dice, que el santo tuvo una visión de la Tierra Prometida.
Coincidentemente con este hecho, existen otras narraciones registradas de cómo llegaron hasta una isla, a la que dieron el nombre de San Brandon y que mapas y marinos del siglo XIX situaban al oeste de las Islas Afortunadas. Al igual que la leyenda del Monte Brandon era identificable entre los viejos marineros, como un espejismo que generalmente en noches de tormenta conducía a los barcos a seguir una luz que el santo habría encendido en una capilla construída sobre un promontorio de la isla. La luz de ambas, no se consumía nunca y finalmente, a salvo barcos y marinos, llegaban hasta la costa oeste de Irlanda o a las Canarias, según despiste.
En otros pasajes se narra cómo Brendan y su equipo de monjes rogaron y ayunaron para cuarenta días, en este segundo viaje -que duró siete años- y les llevó probablemente hasta Islandia, Groenlandia e incluso algunos dicen que al continente americano.Sin embargo, nada más lejos, Brendan primero intentaba navegar hasta la Tierra Prometida, pero desalentado decidió volver y es durante todo este periplo narrado en el Navigatio Sancti Brendani, donde se describen algunos conciliábulos impensabeles entre San Patrick y Judas Iscariote; de este último cuenta, cómo permanece eternamente aferrado a una roca frente a un abismo marino, antes de ser lanzado definitivamente hacia el infierno. St Brendan celebra la Pascua en la parte posterior de una ballena, para finalmente escapar de un gato marino rapaz tan grande como un caballo.
Existen otras muchas leyendas y tradiciones que festejan la vida de San Brendan, pero la importancia de este monje residió en las rutas marinas establecidas por él y sus descubrimientos. El Navigatio, es un trabajo en la tradición de la Odisea de Homero, en el que se describe parte de la mitología céltica como mezcla entre la mitología clásica y las Sagradas Escrituras. Muchos cartógrafos medievales incluyeron la isla de Brendan en sus mapas y su búsqueda, fué definitivamente cancelada y certificada como inexistente por prestigiosos geógrafos en el siglo XIX.
Al final de su vida, Brendan volvió a su trabajo en Irlanda y murió en Annaghdown en el año 57.
Buena singladura, viejo lobo...