También, las rítmicas diversiones musicales nos demuestran la perfección interpretativa de aquellas melodías que reproducen bellos capiteles, como ésta inigualable imagen de uno de los de Jaca, escenificando un Salmo, del que
'he oído que existe un acorde secreto que David solía tocar, y que agradaba al Señor' (
L.COHEN)...:
Pueden verse a los músicos en actitud casi móvil; apasionados, como ese de la flauta pan o el de los mofletes hinchados que hace sonar su cuernófono; en el otro lado, la escena se repite con idéntica actitud participativa y un ámplio muestrario de instrumentos musicales; los músicos, acompasados y moviendo sus pies -tentación a la que no escapa la garra del león/pata del sillón curul en que se sienta el Rey- se mueven al unísono escultórico y con su ritmo más que notable, nos invitan a seguir intuitivamente la melodía.
Esta portentosa escenificación, es una réplica exacta del capitel original que se conserva en el Museo Diocesano, y que fue retirado para su mejor conservación preservándole de la intemperie.
¡Ahhh... mi dulce Jaca! y sus acordes secretos...:
Silvio Rodríguez escribió:
¿A dónde van las palabras que no se quedaron?
¿A dónde van las miradas que un día partieron?
¿Acaso flotan eternas, como prisioneras de un ventarrón,
o se acurrucan, entre las hendijas, buscando calor?
¿Acaso ruedan sobre los cristales,
cual gotas de lluvia que quieren pasar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo?... ¿Acaso se van?
¿Y a dónde van...? ¿A dónde van?