Hola a todos
Hoy, que es sábado, una entrada visual sobre un tema del cual no escribimos hace días. La vida sigue. Hablemos de un detalle plástico en relación a la representación especial de San Mateo en algún Tetramorfos colocado en alto y con técnicas artísticas diferentes.
Al ver esta representación del Tetramorfos que se encuentra en el templo de San Miniano al Monte, en Florencia,

siempre me llama la atención la manera que tuvieron de realizar a San Mateo. Por lo que se ve a simple vista, parecería que también se le representa como un animal, pero extraño. Al primer golpe de vista, a tu memoria te viene alguna representación de un animal raro de la familia de los cánidos o felinos.
Sin embargo, rápidamente tienes que cambiar de opinión. Si cuentas los elementos que, a la primera impresión visual, parecerían patas, dan seis. ¿Qué cánido o felino tiene seis patas? ¿Y si fuesen alas dobladas? Entonces, está claro que se ha representado al Viviente de San Mateo como un serafín siguiendo a
Isaías VI:2. Sea como sea una representación que parece quererle dar también la forma del cuerpo de un animal por asimilación a la forma del cuerpo de los otros tres vivientes.
Un caso similar de representación particular sucede en la conocidísima representación de San Mateo en el Pórtico de la Gloria, de Santiago:

San Mateo no es presentado como Viviente con unas alas claramente marcadas. De hecho, si están representadas, lo serán a bajo relieve y muy difíciles de apreciar tanto desde las tomas fotográficas como desde el propio suelo. Los ángeles que sostienen a los otros tres Vivientes tampoco tienen muy marcadas las alas y tampoco se ven a simple vista.
Por eso, para equilibrar visualmente la composición desde el suelo, al ángel que representa a San Mateo sostiene la famosa caja. Una caja que, evidentemente, lleva a la reminiscencia de tratarse de una caja de escritura (como discípulo escritor de uno de los evangelios), pero que también puede remitir simbólicamente a otro tipo de cajas que hablan de su oficio, el de publicano, recaudador del fisco.
Sin embargo, en otros lugares como en el templo de Santa María la Real de Sangüesa, Navarra, optaron por otra técnica plástica original y sencilla para evitar este tipo de confusiones.
Al colocar a los discípulos junto a la representación de la Maiestas Dómini y los cuatro Vivientes

y para dejar bien claro que una cosa es ser hombre (mortal) y otra ángel (inmortal), a los ángeles se les marcaron de forma clara las alas que se pueden ver desde el mismo suelo

e idearon un recurso plástico muy sutil para diferenciar al viviente de San Mateo de la representación iconográfica de un ángel

lo representaron con barba, símbolo de su condición humana; es decir, del paso del tiempo que conduce hacia la muerte.
Como siempre escribo, la importancia de los detalles plásticos en el estudio del Arte Románico y la importancia de conocer el pensamiento del teólogo redactor del conjunto.
Cuidaos tod@s mucho. Al paso que vamos, si seguimos con tanto inconsciente paseando y haciendo deporte de la manera que algunos lo hacen, esto irá para muy largo.
¡Feliz fin de semana!Un abrazo a tod@s