Es curioso, porque el desastre de Bonaval, a caballo entre el románico y el gótico, es la historia de una muerte anunciada.
El inicio del desastre se produce cuando todavía las "monjitas" vivían en el magno edificio de corte neoclásico próximo al templo que ahora comentamos. Ayudas debían tener, a juzgar por los signos externos, pero se ve que no tantas como para cuidar su patrimonio. Al final, por razones que puedo intuir, pero que desconozco, las monjitas se trasladaron a Toledo y el conjunto monacal quedó abandonado.
Debieron existir razones poderosas, quizás de propiedad, para poder entender por qué la Administración no hizo nada con ésto; ni siquiera la Administración Municipal, Retiendas (Gu)que debía ver en este rincón un fuerte atractivo turístico, pero que ni siquiera se preocupó de arreglar el camino de acceso por el que te jugabas la vida si accedías en coche.
Y así ha venido lo que ha venido, que no es más que el aviso del desmoronamiento total, quizás para bien, porque acceder hoy a lo que queda da miedo por temor a un derrumbe inmediato.
Y este es el valor de la noticia, entre la crisis y la despoblación de los pueblos terminaremos quedándonos sin románico rural, un valor patrimonial, una fábrica generadora de riqueza que no puede ser defendida porque sus responsables ni pueden ni sienten evitar su desaparición. Que me corrijan si me he equivocado. Saludos.
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