Comienzo el repaso faunístico por el bestiario terrestre, y en su orden alfabético tal como expuesto en la sección de iconografía de la web (Otros temas, Animalística) me encuentro al ASNO.
Aunque sea posible encontrar también su cabeza más o menos agresiva en algún canete, y su presencia junto al buey en el pesebre, presencia que no es canónica, sino apócrifa, el asno en el románico es representado generalmente en dos grupos:
Como medio de transporte y como intérprete musical.
Como medio de transporte lo encontramos “cronológicamente” en la Huida a Egipto y en la Entrada en Jerusalen y como intérprete musical el románico hace de él uno de los mayores virtuosos del momento cuando lo mismo toca los equivalentes medievales de la flauta, el laud o quizás incluso el violín, como en esta imagen del Palacio de los Reyes de Navarra de Estella mostrando sus habilidades arpistas:
Aunque nuestra civilización desarrollada se obstina en hacer desaparecer esta especie de nuestra existencia, el asno fue un animal cuasi doméstico a lo largo de nuestra historia y es considerado en todos los bestiarios, donde coinciden en su definición como “Animal lento y terco que le cuesta obedecer órdenes”. Uniéndome al pensamiento de Juan Cascajero de la UCM (1998) yo diría que más que oponerse lo que ocurría con frecuencia era que los que le daban las órdenes eran más bestias y esclavos que el bicho, lo que nos corroboran las vivencias de nuestro querido Juan Ramón.
De los dos motivos habituales del románico escojo el musical para buscar su interpretación, que expongo como sigue, en la seguridad de acertar pues cada uno ve el símbolo a su modo:
Literal: Animal con instrumento musical.
Alegórico: Paradigma de la necedad, y sin embargo, hasta el más tonto “hace relojes de madera”, siempre se le puede sacar una nota al instrumento.
Moral: Yo quiero ver aquí el afán de superación, la curiosidad ante la utilidad de lo desconocido. de alguna manera nuestra querida bestia está reflejando el progreso de la humanidad a base de experimentar y los límites a ese progreso que nos marca nuestro propio desconocimiento, nuestra ausencia de habilidad. Es algo, por cierto, que siento muy próximo en la construcción románica.
Anagógico/Místico: Aquí el Corbio me va a dar zurra, porque yo de esto ni idea, pero haciendo un esfuerzo me voy a decantar por el premio (la nota musical) a la acción buena en su sentido místico más amplio.
Saludos.