Hola a todos
Hace días que no tocamos este tema. A releer el final de la entrada última y volver a ver la explicación plástica del misterio de la Trinidad de Dios en
Liber Figurarum del abad Joaquín de Fiore; tabla XI Códice Reggiano, s. XIII, me ha venido a la cabeza si lo expresado en forma de lección teológica plástica se puede aplicar a la arquitectura.
Si nos fijamos bien en esta lámina, el
Padre está representado con un círculo de color verde, porque es el creador de la naturaleza;
el hijo, con uno de color azul, porque descendió del cielo y el
Espíritu Santo con uno de color rojo, ya que es el amor.
De hecho, Joaquín de Fiore, a través de la utilización de las apocalípticas letras Alfa (mayúscula) y omega (minúscula) como un potente referente visual, explicó el concepto trinitario de las relaciones que se producen entre las tres personas de la Trinidad, en definitiva, su visión de la fórmula del “Filioque”:
Para Fiore, la relación entre las tres personas de la Trinidad se puede explicar en clave de procedencia:
· Dos, El Hijo y el Espíritu Santo, proceden de uno, el Padre.
· Uno, el Espíritu Santo, procede de dos, el Padre y el Hijo.
Para Fiore, la letra minúscula Omega demuestra que UNO, el Espíritu Santo, representado por el asta central de la letra Omega, procede de DOS, el Padre y el Hijo, los “dos” extremos de la letra omega.
Joaquín de Fiore, a través de la letra omega, se refiere a la procedencia “doble” del Espíritu Santo y la convierte, así, en un referente visual del propio Espíritu Santo, el que, según su propia filosofía teológica milenarista, representa el final del tiempo en la historia de la Salvación humana, como la letra omega es la última del alfabeto griego.
En el fondo, un ejemplo más de las "lecturas internas" que podían darse en el Arte Románico: una era la mirada del pueblo; otra, la de los hombres instruidos. Por eso, en las paredes del templo de su abadía se pueden rastrear hasta principios de metafísica.
Citar:
“El Ser, en tanto que se manifiesta, es una Trinidad, esto es, es Él y sus principios (principio de identidad y principio de diversidad) y en tanto que no se manifiesta es No-Ser, o Principio.”
(Josep M. Gràcia, Simbólica arquitectónica, pp. 116-117)
Unos principios de metafísica que se reflejan en una determinada arquitectura lumínica: en el Cielo (parte alta del ábside), Dios se manifiesta como Unidad y como Trinidad.
Una arquitectura que refleja los conceptos de la teología de Joaquín de Fiore para la Trinidad:
Citar:
“Unitas quasi collectiva et similitudinaria.”
O lo que es lo mismo, la concepción de Joaquín de Fiore de la unidad de las tres personas de la Trinidad como una unidad colectiva” que vuelve a manifestarse en forma de arquitectura; pero, ahora, sombría.
¿Cómo entender y explicar la unidad divina en la Trinidad y como entender la Trinidad en la unidad divina? Está claro que Joaquín de Fiore lo intentó tanto en sus lecciones de teología realizadas de forma plástica como en su reflejo en la arquitectura del templo que fue la sede de su primitiva comunidad.
De hecho, el resultado de parte de su explicación puede ser la arquitectura ornamental de estos cuatro óculos de un templo consagrado bajo una advocación trinitaria: San Juan Evangelista, la Virgen María y el Espíritu Santo, hacia 1189 según algunas fuentes documentales, o lo que es lo mismo la Abbazia Florense del abad calabrés Joaquín de Fiore.
Como no me canso de escribir, el Arte Románico no solo se ideó como una
Biblia pauperum, una Biblia para los pobres, en definitiva, para los analfabetos.
Un abrazo a tod@s