Bueno, dilectos contertulios, como ya sabrán vuesas mercedes, la epigrafía es un invento diabólico que relega ciertos textos e inscripciones a los muy letrados en la materia. Por otro lado, para aumentar la dificultad, dependiendo de la época las letras se escribían de una forma u otra. En definitiva, hay veces en que una simple frase se convierte en un arcano dentro de un misterio encerrado en un enigma. A eso, añadir las frecuentes faltas de ortografía de los canteros, generalmente iletrados que se limitaban a copiar un texto posiblemente entregado por otro iletrado, y para colmo la cartela acusa notablemente el paso del tiempo. De ahí que, en mucha ocasiones, tenga uno que darse por vencido y mandar a hacer puñetas la inscripción de turno porque empiezas a tener pesadillas, oír voces y a odiar a la humanidad, cosas esas muy desagradables y de dudoso resultado para la psique del personal.
Dicho ésto, y tras dejarme media retina en el empeño, deduzco ésto:
VIDI * N * CHRISTUS, o sea, VI A NUESTRO CRISTO o, más lógicamente, debería haber una D tras la N, con lo cual tendríamos VIDI NOSTER DOMINUS CHRISTUS, VI A NUESTRO SEÑOR CRISTO. (Si he metido la gamba en las declinaciones se siente, pero mi latín está un tanto oxidado).
No se me ocurre otra opción, y casa con el hipótesis paulina que propuse inicialmente. No se me antoja pues una escena apocalíptica, sino de la revelación a Pablo.
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Espero los comentarios de vuesas mercedes al respecto.
Saludos