Hola a todos
Si en la anterior entrada poníamos en relación la manera de presentar la figura de San Mateo en el Libro de Kells con la figura de San Pedro y su relevancia como el primado de la Iglesia Universal, ahora toca hacer un poco de análisis del retrato de la figura de San Juan.
Antes de proseguir, un poco más de información acerca del tratamiento recibido iconográficamente por los cuatro evangelistas en elLlibro de Kells, también de
Wikipedia:
“En el Evangelio según Marcos falta el retrato del evangelista, pero su página de símbolos ha perdurado hasta nuestros días (folio 129º). Desafortunadamente, el Evangelio según Lucas no ha conservado ninguno de los dos. Finalmente, el Evangelio según Juan, como el de Mateo, ha conservado a la vez el retrato de Juan (folio 291º) y su página de símbolos (folio 290º). Probablemente, las páginas que faltan existieron pero se han perdido. En cualquier caso, el uso sistemático de todos los símbolos de los evangelistas al principio de cada Evangelio es tremendamente sorprendente, haciendo un fuerte hincapié en la unidad del mensaje evangélico.”Como faltan los retratos de San Marcos y de San Lucas, tendremos que conformarnos con la comparación de los retratos de San Mateo y de San Juan. Ahora bien, es una casualidad (si es así, según plantean ciertas hipótesis) o una obra hecha a propósito (también sería otra posibilidad) que sólo hayan llegado hasta nosotros los retratos de San Mateo y de San Juan. ¿Por qué? El evangelio de San Mateo se utiliza para legitimar la iglesia de San Pedro o romana; el evangelio de San Juan tendría el mismo uso para legitimar la iglesia de San Juan o celta irlandesa.
Veamos el retrato de San Juan según el Libro de Kells y comparémoslo brevemente con el retrato que colocamos ayer de San Mateo:
Lo primero que sorprende es que San Juan está entronizado, a la manera de Cristo. San Mateo se retrata puesto en pie.
Lo segundo es la ausencia de cualquier otro símbolo de los vivientes que representen al resto de los evangelistas. San Juan se retrata y se entiende solo, por sí mismo, sin necesidad de ser explicado con la ayuda de los otros evangelistas.
Lo tercero es que, con su mano izquierda, sostiene el evangelio. A diferencia de San Mateo, aquí no hace ningún gesto extraño con su mano y lo alza hasta colocarlo entre el corazón y la cabeza (parece una buena manera de decir entre la fe y la razón, ¿no os parece?). En su mano derecha, sostiene la pluma de escribir.
Lo cuarto es esa doble aureola o nimbo que luce San Juan. En la interna, igual que en sus ropas, volvemos a encontrar el símbolo de Cintimani, los tres puntos símbolo de la Trinidad. Pero, lo sorprendente es lo que ocurre en la segunda aureola, la externa. Si nos fijamos bien, en esta segunda aureola encontramos correctamente representado el sistema de los solsticios y equinoccios del Sol.
Para acabar y no hacerme más pesado, en quinto y último lugar lo que sorprende es que la figura de San Juan, a diferencia de la de San Mateo, está enmarcada entre el símbolo de cuatro cruces que, a su vez, contienen nudos símbolo de la eternidad.
Sin embargo, el detalle iconográfico más significativo está fuera. Si nos fijamos bien. El marco exterior adopta también una forma de cruz y, aquí, está la clave:
1. En la parte inferior del travesaño vertical de lo que sería una cruz, se dibujaron unos pies.
2. En la parte derecha del travesaño horizontal, una mano con el puño cerrado.
3. En la parte izquierda del travesaño horizontal, una mano con el puño cerrado
4. Y, en la parte superior del travesaño vertical, la clave de este misterio: un fragmento de una cabeza con aureola y nimbo que sólo puede representar a Cristo.
Cristo sostiene con sus brazos en cruz y con sus manos cerradas, pues no es el momento de su muerte histórica, el marco en el que está inscrito el retrato entronizado de San Juan Evangelista. Por cierto, ¿cuál fue el único discípulo que estuvo presente en el momento de la muerte de Cristo en la cruz, ese momento en el que, según el capítulo IX de la Carta a los hebreos, se instauro el nuevo culto, es decir, la iglesia?
Está claro que el teólogo redactor de esta bella iconografía pictórica del Libro de Kells tomó partido por la figura de San Juan y lo que representaba. En definitiva, si según Roma el evangelio de San Mateo legitima la figura de San Pedro como el discípulo sobre el que recae la primacía de la Iglesia Universal; para el cristianismo irlandés celta, el pasaje de la muerte de la cruz de Cristo, interpretado teológicamente según la Carta a los Hebreos, significa lo mismo para la figura de san Juan.
Por cierto, esto último que he escrito me ha recordado a San Román de Escalante y su capitel de la crucifixión, como escribimos recientemente en otro tema.
En el fondo, de nuevo, la presentación del significado de la iglesia de San Pedro (Roma) frente a la de San Juan (celta irlandesa). O, dicho de otra manera, el retrato de San Mateo frente al retrato de san Juan en el singular y único Libro de Kells.
Interesantes, muy interesantes estas particularidades del Libro de Kells.
Un abrazo a tod@s