Hola a todos
Una entrada un poco larga sobre un tema sobre el que en otras ocasiones ya hemos dialogado. En el Arte Románico, se expresó mucho pensamiento relacionado con los movimientos intelectuales de la época. De hecho, en la reproducción de esta miniatura del
Beato de Girona, se vuelve a poner de manifiesto cómo en el Arte Románico la reflexión teológica y las artes plásticas van siempre de la mano:
La miniatura reproduce el inicio del capítulo sexto del
Apocalipsis, el del momento en el que los cuatro vivientes presentan a los cuatro caballos y a sus jinetes. En el versículo 7 del capítulo cuarto del
Apocalipsis se presentan los cuatro vivientes en el siguiente orden:
Citar:
“El primer Ser Viviente era semejante a un león; el segundo, a un toro; el tercero tenía rostro humano; y el cuarto era semejante a un águila en pleno vuelo.”
Es decir, el orden de los vivientes, en el capítulo cuarto, sería: león, toro, hombre-ángel, águila.
Según se mira, ¿cómo están colocados en esta miniatura del
Beato de Girona?:
En la parte superior izquierda: león
En la parte inferior izquierda: ternero
En la parte superior derecha: hombre-ángel
En la parte inferior derecha: águila
¿Qué caballo con su jinete se encarga de presentar cada viviente, ya que el texto de la
Biblia no lo indica en el capítulo sexto del
Apocalipsis?
En la miniatura del
Beato de Girona, el
león sería el encargado de presentar:
Citar:
“y oí al primero de los cuatro Seres Vivientes que decía con voz de trueno: "Ven". Y vi aparecer un caballo blanco. Su jinete tenía un arco, recibió una corona y salió triunfante, para seguir venciendo.” (Ap. VI, 1b-2)
El
hombre-ángel sería el encargado de presentar:
Citar:
“Cuando el Cordero abrió el segundo sello, oí al segundo de los Seres Vivientes que decía: "Ven". Y vi aparecer otro caballo, rojo como el fuego. Su jinete recibió el poder de desterrar la paz de la tierra, para que los hombres se mataran entre sí; y se le dio una gran espada.” (Ap. VI, 3-4)
Sin embargo, la espada se ha transformado en lanza.
El
ternero tendría por misión presentar:
Citar:
“oí al tercero de los Seres Vivientes que decía: "Ven". Y vi aparecer un caballo negro. Su jinete tenía una balanza en la mano” (Ap. VI, 5)
El
águila presenta el último de los caballos con jinete:
Citar:
“Cuando el Cordero abrió el cuarto sello, oí al cuarto de los Seres Vivientes que decía: "Ven". Y vi aparecer un caballo bayo. Su jinete se llamaba "Muerte", y el Abismo de la muerte lo seguía. Y recibió poder sobre la cuarta parte de la tierra, para matar por medio de la espada, del hambre, de la peste y de las fieras salvajes” (Ap. VI, 7-8)
Mientras el orden del libro del
Apocalipsis sería:
león, toro, hombre-ángel, águila; según el
Beato de Girona, su relación con los caballos y sus jinetes habría alterado su orden:
león, hombre-ángel, ternero, águila.
Si hacemos una
identificación viviente, acontecimiento salvífico, a la manera de San Jerónimo, en el capítulo IV del
Apocalipsis el orden sería:
Resurrección, Pasión, Encarnación, Ascensión; mientras que, en el
Beato de Girona, el orden se correspondería con:
Resurrección, Encarnación, Pasión, Ascensión. Sea como sea, en las dos presentaciones (tanto en la del
Apocalipsis como en la del
Beato de Girona)
se da una relación directa viviente-acontecimiento salvífico de la vida de Cristo,
si sobre la disposición del símbolo se traza una cruz de San Andrés:
A la Resurrección le corresponde la Ascensión.
A la Encarnación le corresponde la Pasión.
Y este concepto de relación cruzada también nos lo dejaron muy claro de forma plástica, solo hay que mirar como se dibujan las
"ruedas" de cada Viviente y ver su correspondiente correspondencia plástica y de relación de concepto: naturaleza divina (rueda de cuatro ejes) / naturaleza humana (rueda con una "flor de ocho pétalos" inscrita dentro de la circunferencia).
En el fondo, una buena manera plástica de explicar un concepto teológico:
las dos naturalezas de Cristo: la humana (Encarnación y Pasión) y la divina (Resurrección y Ascensión).
Y es que no debemos olvidar que empezaban a correr unos tiempos en los que acabaron apareciendo herejías que negaron la doble naturaleza de Cristo.
Por cierto, la relación del color del caballo con su descripción no falla. Hasta el cromatismo de los caballos tiene que respetarse en esta visión de la
Biblia como Palabra de Dios.
Como no me canso de escribir, muy buenos los maestros artesanos de todas las disciplinas plásticas, pero magníficos los teólogos redactores de los programas iconográficos. Por eso, como en otras ocasiones he comentado, para mí un estudio sobre la estética del Arte Románico no está plenamente definido ni acabado hasta que no se encuentra el pensamiento del redactor que ideó ese conjunto de imágenes. Pero, claro está, esta es una idea muy personal.
Un abrazo a tod@s