Hola a todos
Ya que es sábado, una entrada un poco extensa; pero, creo que interesante. El buen amigo xavidc, en el tema de este foro
Narrativa y Románico, ha escrito sobre la novela de Javier Sierra y ha colocado uno de sus fragmentos. Con su permiso, solo voy a reproducir una pequeña idea que me ha llamado mucho la atención al leerla.
xavidc escribió:
Ya nos hemos referido al libro de Javier Sierra : "
El fuego invisible". El libro tiene un hilo romanico muy interesante y una forma de verlo e interpretarlo muy acorde a nuestro foro. Pero al leer este texto
—Y como en Jaca, también en este lugar puede admirarse la marca que indica la presencia de esa reliquia —ha añadido—. Un crismón. El de La Serós es tan magnífico como el que vieron ayer. ¡O quizá más!
Hemos observado de nuevo la escena. El crismón lucía los mismos ocho radios que el de Jaca (). El penitente caído bajo las patas de uno de los leones había sido sustituido por una margarita enorme, de la misma factura que las de Jaca, y había inscritas unas letras latinas casi borradas por el tiempo. Los caracteres alfa y omega se habían tallado en lugares distintos, lo mismo que la serpiente o la «ese» que aquí aparecía en el lado derecho del diseño. De hecho, al leer
la identificación de la serpiente con la letra “ese” en algunos crismones, me he acordado de esta idea que venimos defendiendo desde hace mucho tiempo en este foro.
Si nos fijamos bien, la inmensa mayoría de los crismones están colocados en lo alto. De ellos, unos cuantos tienen una pequeña variación en la letra mayúscula S (esa letra que en el de Jaca se utiliza para hablar del SPIRITUS), ya que su manera de esculpirla adquiere una forma que bien puede ser identificada con una serpiente.
Así, por ejemplo, en el Crismón de Puilampa, en Sádaba, provincia de Zaragoza, la S parece acabar realizando la forma de la cabeza de una serpiente:
La presencia de esta serpiente contaría con argumentos de identificación de este tipo:
Citar:
"Una vez establecida que la cruz formada por los meridianos solsticiales y equinocciales tiene la notable particularidad de que en el centro de la misma parece enrollarse una serpiente…"
(GÓMEZ DE LIAÑO, I, Círculo de la sabiduría. Diagramas del conocimiento en el mitraísmo, el gnosticismo, el cristianismo y el maniqueísmo. Biblioteca de ensayo. Siruela, pág. 240)
Sin embargo, no hay que olvidar ni el evangelio de San Juan, ni tampoco la interpretación teológica que realizaron los autores del neoplatonismo cristiano medieval. Así, por ejemplo, Juan Escoto Eurígena no sólo la realizó en la forma de un poema.
Del poema:
De cruce, sólo unos cuantos versos significativos:
Citar:
Aspice praeclarum radiis solaribus orbem
Quos crux salviflua spargit ab arce sua.
Mysticus est Moyses Christus, rex atque sacerdos
Chalceus ex alto pendens ibi sibilat anguis
En los dos primeros versos, se produce una primera identificación de la cruz con la luz y el sol. Una segunda identificación: Cristo es el Moisés místico, rey y sacerdote. Y el verso especial: Caduceo estás colgado de lo alto allí donde silba la serpiente. En estos versos del poema
De cruce de Joannes Scotus Erigena (Migne-Patrología Latina, volumen 122: col. 1221, 1240) se produce una clara identificación entre Cristo, Moisés, la cruz y la serpiente, o lo que es lo mismo, el planteamiento de un magnífico motivo iconográfico para algunos crismones en los que se ve, claramente, la presencia de una serpiente.
Eurígena también realizó esta identificación en su comentario al
Evangelio según San Juan y en concreto cuando comentaba:
Citar:
“Lo mismo que Moisés levantó la serpiente de bronce en el desierto, el Hijo del hombre tiene que ser levantado en alto, para que todo el que crea en él tenga vida eterna”. (Jn III, 14-15)
En su comentario, Eurígena acabó escribiendo:
Citar:
“lignum, in quo serpens suspensus, crux Christi, in qua mortem subiit por salute ommium in se credentium. Pulcre quoque mors Christi per serpentem figuratur a forma, qua causa pro effectu ponitur. Causa quippe mortis Christi serpens erat.”
(Joanni Scotti Commentarius in S. Evangelium secumdum Joannem, Migne-Ptrologia latina. Volumen 122: col. 0297 – 0348B
Una traducción rápida y para que se entienda: El árbol, en el que la serpiente estuvo en suspenso, es la cruz de Cristo, en la cual sometió a la muerte para salud de todos los que creyesen en él. Hermoso es entonces que la muerte de Cristo sea imaginada bajo la forma de la serpiente, ya que la causa es puesta delante del efecto. Sin duda la causa de la muerte de Cristo fue la serpiente.
Por eso, opino que estos crismones, en los que se esculpió de forma visible una forma que puede identificarse como una serpiente, pueden ser explicados siguiendo alguno de los conceptos de la filosofía teológica de Juan Escoto Eriúgena. Ahora bien, siempre se puede acabar argumentando de otra manera:
1. Es una sigma rara, pero representa al Espíritu Santo
2. No se sabe muy bien lo que es, ya que se enrosca al eje.
3. Son visiones de iluminados
Para acabar, la S mayúscula de San Pedro el Viejo de Huesca tiene su misterio, ya que esa S mayúscula, la famosa Sigma, sí que parece una serpiente bien enroscada y con también una cabeza en forma de serpiente.
Y como, desde hace años hemos escrito, espero que, ahora, al menos un cierto grupo de crismones también se empiecen a contemplar con otros ojos y con otra posibilidad de interpretación de la letra sigma, de la S mayúscula del SPIRITUS. Parece ser que, al final, así ha sido.
¡Feliz fin de semana!Un abrazo a tod@s