Hola a todos
Hace días que no tocamos este tema. La mujer, en este caso la Virgen María, como símbolo de lo que espera al auténtico creyente que tiene fe. Se trata del tema iconográfico de la Asunción de María a los Cielos.
Entre tantos detalles plásticos interesantes de esta imagen, siempre me ha llamado la atención la presentación de la Virgen María como una mujer joven, cuando según la tradición cristiana no murió joven.
Al ver esta manera de representarla, siempre me acuerdo de las teorías que tenían en la Edad Media sobre la edad en que cada cuerpo resucitaría. ¿Cómo podían representar en imágenes el alma que resucita hacia el Paraíso?
Juan Escoto Eriúgena en su
Periphyseon recoge tres propuestas acerca de la edad de la resurrección de los cuerpos.
1.
La primera, la de aquellos que creen que todo hombre resucitará en la forma de la edad en la que lo hizo el Cristo histórico.Citar:
“En efecto, piensan que estas palabras han sido dichas de la perfecta estatura del cuerpo de Cristo a los treinta años de edad (sic) en la carne e intentan afirmar asegurando que todos los hombres resucitarán en esta estatura y edad corporal, ya se separen de sus cuerpos los que han nacido antes de tiempo, los ya entrados en años, o en cualquiera incrementos o disminuciones corpóreas.”
2.
La segunda, la idea de San Agustín, muy similar a esta primera, en un cuerpo juvenil.Citar:
“Por otra parte, sobre la resurrección de los cuerpos humanos, el bienaventurado Agustín, en los libros De civitate Dei, afirma sin titubeos que cada uno resucitará en esta estatura y dimensión que llegó en el perfecto aumento de su cuerpo en la edad juvenil, o a la que llegaría si la muerte no se hubiese anticipado, o a la que dejó atrás habiendo muerto en medio de los defectos o achaques seniles.”
3.
La tercera, basada en su propio pensamiento, el de Eriúgena; una idea, que siguiendo los postulados de Gregorio, Ambrosio y Máximo, se presenta como más radical y diferente, pues de ella desaparecen los conceptos de forma material y tiempo.Citar:
“En cambio, hemos repetido con insistencia que el beato Gregorio, el Teólogo, también S. Ambrosio y sobre todo Máximo, el venerable maestro, han probado con argumentos ciertos que los cuerpos inmortales y espirituales no están circunscritos por los rasgos de las formas, ni por las cualidades, ni por las cantidades o dimensiones, debido a su inefable unión con los espíritus no circunscritos y debido a su indivisible simplicidad. Con todo, nosotros conocemos la causa del error de quienes dogmatizan que todos los cuerpos humanos resucitarán en la estatura del cuerpo del Señor.”
Creo que, en la imagen de la Virgen María, anda más la idea de San Agustín.
En el románico, nos hemos acostumbrado a hablar de los maestros escultores porque hemos encontrado algunos “
me fecit” e, incluso, hemos ido más lejos poniéndoles nombres por aproximación, como
Segundo maestro de Silos. Sin embargo, nos hemos olvidado de nombrar y, en muchos estudios, hasta de hablar de los verdaderos artífices de estas imágenes: los teólogos redactores de los programas iconográficos.
Un abrazo a tod@s