Alegría, Proterio, que domines la técnica con un editor de textos, mejor opción que intentar escribir posteos largos sobre la ventana de edición, poco propicia para tales cuestiones, aunque puede mejorarse desahiblitando temporalmente 'BBCode' y 'emoticones', hasta la visualización previa final, que deberán desmarcarse de nuevo, pues si no, en el mensaje enviado no se verán los enlaces ni otros detalles (siempre podremos pedirle a alguno de los moderadores que lo haga por nosotros).
Volviendo a la encriptación de algunas imágenes del románico, ya que la manifestación maniqueista cátara del bien y del mal, nos queda tan alejada conceptualmente de ese fraile fertilizando a la yegua y tan lejos en su espacio temporal, que me inclino igualmente por los rituales subyacentes en la iglesia cristiano celta y los mandatos bíbilcos, como hemos visto en otros templos hispanos, momentos finales del s.XI, en los que además el monacato irlandés practica su peregrinacíon sin retorno, la
'peregrinatio propter Christum', que tanta fama les dió en Europa.
En el capitel de Alquezar leemos en la Biblia respecto de la promesa del nacimiento de Isaac:
GÉNESIS 18, 1-15 escribió:
1 Y el SEÑOR se le apareció en el encinar de Mamre, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda en el calor del día. 2 Cuando alzó los ojos y miró, he aquí, tres hombres estaban parados frente a él; y al verlos corrió de la puerta de la tienda a recibirlos, y se postró en tierra, 3 y dijo: Señor mío, si ahora he hallado gracia ante tus ojos, te ruego que no pases de largo junto a tu siervo. 4 Que se traiga ahora un poco de agua y lavaos los pies, y reposad bajo el árbol; 5 y yo traeré un pedazo de pan para que os alimentéis, y después sigáis adelante, puesto que habéis visitado a vuestro siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho. 6 Entonces Abraham fue de prisa a la tienda donde estaba Sara, y dijo: Apresúrate a preparar tres medidas de flor de harina, amásala y haz tortas de pan. 7 Corrió también Abraham a la vacada y tomó un becerro tierno y bueno, y se lo dio al criado, que se apresuró a prepararlo. 8 Tomó también cuajada y leche y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se quedó de pie junto a ellos bajo el árbol mientras comían.
9 Entonces ellos le dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió: Allí en la tienda. 10 Y aquél dijo: Ciertamente volveré a ti por este tiempo el año próximo; y he aquí, Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara estaba escuchando a la puerta de la tienda que estaba detrás de él. 11 Abraham y Sara eran ancianos, entrados en años; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres. 12 Y Sara se rió para sus adentros, diciendo: ¿Tendré placer después de haber envejecido, siendo también viejo mi señor? 13 Y el SEÑOR dijo a Abraham: ¿Por qué se rió Sara, diciendo: ``¿Concebiré en verdad siendo yo tan vieja? 14 ¿Hay algo demasiado difícil para el SEÑOR? Volveré a ti al tiempo señalado, por este tiempo el año próximo, y Sara tendrá un hijo. 15 Pero Sara lo negó, porque tuvo miedo, diciendo: No me reí. Y El dijo: No es así, sino que te has reído.
Comienza el relato bíblico con Abraham en su tienda, practicando el pastoreo, trashumante, en un encinar dónde Dios Trino se le manifiesta... y finalmente concluye, con el sacrificio de un
BECERRO y la risa nerviosa de Sara, ante el anuncio de que volverá a condebir en su vejez.
Es fácil continuar el relato en el capitel de Alquezar, salvo cuando vemos cómo el sacrificio del becerro, ha sido sustituido en todo caso por una imagen en la que un monje sonriente insemina a una yegua, que aparece sujetada por la cabeza a un aparejo, tapados sus ojos con parches y atadas sus patas entre sí, no de manera muy distinta a como se describía ya posteriormente, en algunos tratados durante la baja edad media, detalles que quieren resaltar el concepto de fertilidad al utilizar sobreinscritos simbólicamente, sesgos de los grandes rituales celtas referidos, utilizados para la mejor comprensión elemental de la comunidad que habita la colegiata. El relato, como ha dicho Corbio, enlaza con la Carta a los Hebreos, la peregrinación y sobre todo, como nos sugiere Miguel, con el Beltaine celta o incluso el taller de escultura, cuyos estilemas pueden rastrearse perfectamente en Leominster, País de Gales:
Carta a los Hebreos escribió:
Por la fe Abraham, al ser llamado, obedeció, saliendo para un lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber adónde iba. 9 Por la fe habitó como extranjero en la tierra de la promesa como en tierra extraña, viviendo en tiendas como Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa, 10 porque esperaba la ciudad que tiene cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. 11 También por la fe Sara misma recibió fuerza para concebir, aun pasada ya la edad propicia, pues consideró fiel al que lo había prometido. 12 Por lo cual también nació de uno (y éste casi muerto con respecto a esto) una descendencia COMO LAS ESTRELLAS DEL CIELO EN NUMERO, E INNUMERABLE COMO LA ARENA QUE ESTÁ A LA ORILLA DEL MAR.
13 Todos éstos murieron en fe, sin haber recibido las promesas, pero habiéndolas visto y aceptado con gusto desde lejos, confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. 14 Porque los que dicen tales cosas, claramente dan a entender que buscan una patria propia. 15 Y si en verdad hubieran estado pensando en aquella patria de donde salieron, habrían tenido oportunidad de volver. 16 Pero en realidad, anhelan una patria mejor, es decir, celestial. Por lo cual, Dios no se avergüenza de ser llamado Dios de ellos, pues les ha preparado una ciudad.
17 Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía a su único hijo; 18 fue a él a quien se le dijo: EN ISAAC TE SERA LLAMADA DESCENDENCIA. 19 El consideró que Dios era poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde también, en sentido figurado, lo volvió a recibir. 20 Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú, aun respecto a cosas futuras. 21 Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró, apoyándose sobre el extremo de su bastón. 22 Por la fe José, al morir, mencionó el éxodo de los hijos de Israel, y dio instrucciones acerca de sus huesos. 2