En el resto de la zona apenas quedan restos de obra humana entre los roquedales; de hecho, alguna de las rocas hoy naturalizadas por la erosión y otros agentes atmosféricos presentan claras evidencias de labor humana a lo largo de las mismas, como si hubiesen sido pulimentadas y mínimamente decoradas para cobijar una entrada. Evidentemente, es preciso un estudio arquelógico para entender algo porque el desastre es tal que parece que hubiese sido arrasado hasta hacer olvidar su existencia.
Y las preguntas son por qués; ¿por qué se construye un monasterio en ese lugar? y ¿por qué tal grado de destrucción y olvido? Las respuestas sólo pueden ir en la línea de las reflexiones personales sobre lo evidenciado: Posiblemente hubo un periodo entre la toma del castillo por los cristianos, quizás en el siglo XI, en que estuvo ocupado por gentes locales que pronto debieron transformarlo en fortaleza cristiana, y, por tanto, mozárabe, lo que era claramente una invitación a ser ocupado por los rufonianos. Que su destrucción sea consecuencia de razones relacionadas con el hecho de su posterior ocupación templaria, o simplemente, que se destruyó por otros motivos, vaya usted a saber, el caso es que está como está.
Círculo Románico
v.1.0 Mayo 2010
Artículo desarrollado a partir de los contenidos de su debate en el Foro e información complementaria.
La bibliografía consultada se indica en el texto y forma parte de la Biblioteca del Círculo Románico.
Agradecemos la colaboración recibida del Convento de San Antonio de La Cabrera y de los estudiosos consultados.
Agradecemos las autorizaciones pertinentes por el empleo realizado de las fotos expuestas.