La importancia de las fortalezas altomedievales en la constitución de las jurisdicciones feudales, en los alrededores del año 1000, se ilustra en este trabajo que trata del origen del castillo y coto de Aranga (actualmente, municipio de Galicia) de la casa de Traba. El rey Alfonso IX de León y Galicia traspasa, en 1193, la jurisdicción señorial de Aranga al Monasterio de Sobrado, contra la opinión de sus campesinos y vasallos que, en 1168, preferían seguir perteneciendo a los herederos de los condes de Traba y Aranga.