Uno de los aspectos más destacados del repertorio figurativo románico es la reiteración de escenas de lucha entre hombres, animales y seres monstruosos, tradicionalmente interpretadas como simples elucubraciones fantásticas, en el caso de las imágenes bestiales, o alegorías de la lucha del Bien contra el Mal, en las escenas de pugna entre hombre y animal. Sin embargo, el contexto de guerra contra el Islam debió tener su reflejo en el arte, y estas escenas de enfrentamiento bien pueden reflejar el momento vigente. En este sentido, resulta de especial interés la representación del centauro arquero como figuración del enemigo, asimilación justificada por la posición girada sobre sí mismo y el uso del arco y las flechas, propias de las técnicas militares islámicas, o la representación de estos seres con turbante, clara alusión al musulmán.
Artículo publicado por primera vez en "Códex Aquilarensis. Cuadernos de Investigación del Monasterio de Santa María La Real. Nº 22. Noviembre 2.006"