(Basado en diversas fuentes)
Llamamos Britonia al territorio ubicado al norte de la provincia de Lugo y oeste de Asturias, limitado por el mar Cantábrico, el rio Navia, la Sierra de Meira y el rio Landro. Del obispado de Britonia dependieron también eventualmente Betanzos y Camariñas.
En las primeras emigraciones de gaélicos célticos de los siglos IV a VI, migraciones consecuencia del desplazamiento poblacional de gentes de la romana Bitannia a resultas de las invasiones de la misma por pictos y scotos, un grupo se estableció en Gallaecia donde fundaron un obispado que perduró hasta el siglo XIX. Los primeros establecimientos se asentarón entre Ferrol y el Navia, tomando como capital la villa de Bretoña fundada por ellos y participando en las tareas de gobierno gracias a sus buenas relaciones con los suevos de Dume, a cuyo obispo apoyaron beneficiándose de su papel de educador y consejero de los reyes gallegos, así como fortaleciendo la Iglesia local. Su presencia influyó sobre la lengua gallega de la zona, oriegen del dialecto Mindoniense. Expulsados los suevos por los visigodos y sufrida la primera invasión vikinga 966-971 que destruyó Bretoña, los célticos irlandeses trasladaron su capital a San Martiño de Mondoñedo en 1112 por disposición de la reina Urraca ratificada en 1156 por el rei Aonso VII.
Pronto pierden la parte asturiana de Britonia, que pasa a depender del obispado de Oviedo y por las mismas fechas transforman la denominación del obispado por el de Mondoñedo.
La original villa de Britonia se transforma en 1821 en Ayuntamiento de Vián que en 1840 pasa a denominarse Tierras de A Pastoriza.
Junto al castro de asentamiento inicial de Bretoña fundaron su Monasterio Máxime absolutamente destruido por los vikingos y recuperado en una excavación arqueológica en 1970. Con alguno de sus restos se levantó una primitiva iglesia, que transformada posteriormente dió lugar a la parroquial de Santa María de Bretoña que permanece. La institución eclesial de Britonia siguió el modelo céltico irlandés. El abad del Monasterio Máxime era el obispo. Sabemos documentalmente de la existencia de seis obispos (Maliosus, Mahiloc, Metopius, Sonna, Susa y Bela) por sus participaciones en los Concilios de Braga, de Lugo, de Toledo (IV), en el que se condenó, por cierto, el uso de la tonsura magi usualmente practicada en Gallaecia, y de Oviedo.
Entre los siglos X y XII, quizás sobre algunas huellas de un comienzo frustado en el siglo VI, se levantó el actual templo de San Martín de Mondoñedo ubicado en la actual Foz, que por ser regido por el abad obispo es considerado la catedral más antigua de España. Es un templo rico en iconografía en la que se mezcla la mitología cristiana y la céltica y cuya portada oeste recoge piezas suevas o visigodas reutilizadas. Mario Agudo deja clara la pervivencia iconográfica de lo celta en esta construcción románica.
En Britonia existieron innumerables eremitorios e iglesias algunas de las cuales prerrománicas o románicas y fuera de la provincia céltica existieron también otras iglesias con características asimilables a las britónicas como Santa María de Tosto y La Virgen del Monte, ambas de Camariñas y Santa María de Muxía.
Los irlandeses crearon innumerables esculturas representando barcas, quizás en alusión a su espíritu navegante y peregrinante. Las realizaron en diferentes materiales, entre ellos la piedra. Representaciones de barcas de piedra como las diversas existentes en el litoral gallego, especialmente en Finisterre; barcas de piedra como aquella en que se trajo a Santiago según la leyenda…
A partir de 1.088 Alfonso VI encomienda a Raimundo de Borgoña la repoblación de las tierras segovianas, repoblación que se acomete con gallegos. Quizás se trae a gente de Britonia y por eso podemos encontrar inscripciones y simbología irlandesa y céltica en iglesias del lugar del siglo XII como Fuentidueña, Pecharromán, Duratón, San Pedro de Gaíllos…
Finalmente, como evidencia de su permanencia, existe constancia de la intervención de bretoñenses en defensa de la soberanía del reino de Galicia frente a las pretensiones anexionistas de los Reyes Católicos.