Águilas leontocéfalas:
"El león, pues, añade a la imagen negativa del águila, centrada en la gula, otros dos nuevos vicios: la ira y la tristeza; el complemento perfecto puesto que en palabras de Casiano, subrayadas anteriormente, la cólera y la tristeza eran consecuencia inmediata de la propia avidez. Aporta además un concepto genérico de mal que entraña la perversión por sí misma.
En el polo opuesto, el positivo, sin olvidar que sus “faltas” pueden y deben provocar en el hombre una reacción y un rechazo, es su coraje y sobre todo su vigilancia para no cejar en la búsqueda de Dios los que se suman y se integran plenamente en la contemplación divina encarnada en el águila.
El mito ha desaparecido. Pero la imagen dual del Dios Anzu intensifica de tal modo su potencial simbólico, desde el punto de vista cristiano, que debió resultar especialmente atractiva en ámbitos religiosos como el de Silos, donde la fusión ornato-mensaje se impuso como pauta estética."
RUIZ MONTEJO. IRENE. "Del mito al símbolo cristiano: el claustro de Silos".ANUARIO DE HISTORIA DEL ARTE. Vol. Extraord. 2010. pgs 125 - 148 ed. UCM