Ya que este es un trabajo didáctico destinado a un público poco o nada familiarizado con los entresijos o detalles teológicos que se esconden en esta iconografía románica, este estudio se articula en torno a una serie de ejemplos. Sobre cada uno de estos ejemplos, se aplicará el mismo estudio, siempre a partir de un triple principio metodológico:
1. En primer lugar, a través de una fotografía, se presenta la representación iconográfica, indicando tanto el edificio románico en el que se halla como el soporte plástico sobre el que se realizó esta imagen.
2. A continuación, se realiza la descripción de los detalles iconográficos que permiten que esa representación del Tetramorfos pueda ser considerada como única o diferente respecto a lo que puede entenderse como una cierta norma iconográfica general, si es que, para esta imagen románica, se puede admitir la existencia de una única norma general de realización plástica.
3. La explicación de los conceptos teológicos que se esconden detrás de cada detalle iconográfico particular del Tetramorfos analizado.
Por lo tanto, el orden de presentación de la descripción de las diferentes representaciones analizadas no obedece ni a un criterio objetivo histórico ni a un criterio plástico de análisis de estilemas, ya que este trabajo sólo pretende detenerse en la relación semántica o de significado que se establece, en cada pieza, entre la simbología teológica y los detalles iconográficos planificados por el teólogo redactor de cada programa.¿Qué queremos decir con esta extensa afirmación?
Los ejemplos analizados no serán presentados en un orden cronológico histórico, de mayor a menor antigüedad, en su ejecución plástica, siguiendo los criterios de los estudios históricos del Románico. Tampoco, se establecerán paralelismos estilísticos entre algunos de ellos, aunque así sean descritos en los diferentes tratados de historia del arte. Cada ejemplo seleccionado, es decir, cada representación escultórica o pictórica románica del Tetramorfos que se reproduce en la fotografía, se estudiará de forma autónoma, como si se tratase de una unidad o ficha cerrada de estudio. A pesar de esto, su ordenación corresponde a un criterio: el de mostrar de forma progresiva cómo las variaciones en los detalles plásticos de esta iconografía (que, de entrada, parecería poseer un solo significado simbólico) son debidas a los principios teóricos espirituales del pensamiento del redactor teológico. De tal manera esto es así, que la filosofía teológica a la que estaba adscrito cada redactor acabó influyendo de una forma tal que no existe un único prototipo artístico para la representación del Tetramorfos o de los cuatro vivientes.
Con esta técnica, pretendemos que la lectura de este trabajo resulte incluso más amena, ya que podrá ser abandonada sin tener que esperar a la conclusión de un posible capítulo. Además, también queremos permitir que se puedan leer las fichas de manera salteada o, incluso, dar la posibilidad de leer sólo la ficha o unidad de estudio por la que se pueda estar interesado.