El estudio analiza la sociedad feudal en las tierras y la época de la gran expansión catalana de mediados del siglo XII, destacando las relaciones de dependencia personales y su expresión en las prestaciones económicas, que fueron los pilares de dicho entramado social. La transformación de las fórmulas de sujeción personal como consecuencia de las conquistas dejó atrás un modelo en el que el poder se repartía y las funciones militares lo justificaban, introduciéndose otro en el que los señores consolidaron su potestad dominical y extendieron las vinculaciones personales a otros sectores sociales. De la jerarquización entre los señores y de la atomización del poder territorial se pasó a la centralización de la autoridad señorial, con nuevas manifestaciones como la condal, la urbana o la de órdenes regulares, en sintonía con la centralización de los poderes territoriales. Se desarrollaron nuevos principios pacificadores o de justicia, se simplificó el sistema de prestaciones, y surgieron nuevas clases sociales subalternas, que contribuyeron a imponer la organización feudal en las tierras conquistadas y a consolidar su recomposición en regiones anteriormente feudalizadas.