Los siglos centrales de la Edad Media estuvieron dominados por una visión profética del tiempo presente que interpretaba los acontecimientos terrenales a través de la Historia sagrada. La autoridad derivada de los textos bíblicos y doctrinales permitió explicar el declive de la fe cristiana frente a los avances del islam y consolidó la esperanza en el cese de las tribulaciones ante la idea del triunfo de Cristo al final de los Tiempos. Así, la presencia musulmana en la Península ibérica condicionó la creciente devoción por el Apocalipsis y la amplia difusión del Comentario elaborado por Beato de Liébana . Los textos monásticos sirvieron desde muy pronto como un instrumento eficaz para el combate ideológico contra el islam , y sus mensajes serían transpuestos a la imagen artística alcanzando con ésta la máxima difusión del imaginario antimusulmán, convertido en una auténtica propaganda.