Los ataques vikingos al reino francés derivaron en la realización de emigraciones de cristianos británicos e irlandeses a Galicia donde fundaron una colectividad que se mantuvo viva hasta el siglo XIX. Los monjes con ellos llegados fundaron sus monasterios y organizaron un obispado cuyos titulares participaron en diversos concilios. En dependencia de esta diócesis, además de la primera catedral de la península levantaron iglesias románicas en Camariñas luego desaparecidas.