Entre los siglos V y VI floreción en Siria una comunidad cristiana luego desaparecida. Durante su esplendor construyeron iglesias, monasterios y otros edificios civiles cuyos restos han perdurado hasta nuestros días por la calidad de su ejecución y por el material pétreo con que se hicieron. Aquellos templos, de características próximas a nuestro románico, se construyeron de conformidad a lo dispuesto en las Constituciones Apostólicas dictadas en el siglo IV.