La autora, estudiante de último curso en la Universidad Autónoma de Madrid, nos acerca en este artículo a la trascendencia del taller de esmaltes silense cuya calidad de manufactura le posicionó al mismo nivel de los mejores talleres europeos de la época.
El trabajo es consecuencia de las prácticas realizadas por la autora en el Círculo Románico durante el curso 2.009-2.010.