Medio centenar de personas asistimos en la fría tarde ayer en Getafe, a la Conferencia, "Roma, Burgos, Toledo: sospecha, supresión y tolerancia del rito hispano en la Castilla del siglo XI". Inauguró el acto Doña Rosa Mª Rodríguez Ludeña, directora del Centro Cultural del Cerro Buenavista, quien en nombre de la Concejalía de Cultura agradeció nuestra presencia una vez más en el programa de actividades que se imparten desde dicho Centro, quien brindándonos su apoyo nos anima para que realizemos durante este curso un mayor número de Conferencias con esta "marca" de calidad, Círculo Románico.
Nuestro Vicepresidente agradeció las palabras de la Directora del Centro Cultural, así como su presencia en representación de los distintos estamentos del Excmo. Ayuntamiento de Getafe que han permitido esta celebración, al igual que los asistentes al acto, los que a pesar de la fría tarde habían concurrido, procedentes de distintos lugares de la Comunidad de Madrid. Tras una breve descripción sobre el contenido de la Conferencia y la trayectoria académica del conferenciante, el Dr. D. Juan Pablo Rubio Sadia, OSB, le cedio la palabra, quien igualmente agradeció a Círculo Románico la detallada organización de este evento, con un cálido recuerdo a Don Miguel A. Martín -Presidente de CR-, quien no pudo asistir al acto.
"Leemos en la Crónica de Castilla, cómo Alfonso VI, hacia 1080 convoca un concilio general de sus reinos en Burgos, en el que declara oficialmente la abolición de la liturgia hispánica, momento histórico que sirve de punto de partida en sus territorios para la sustitución del actualmente conocido como rito mozárabe, por el romano". Con un preámbulo similar comenzaba un brillante recorrido histórico por la sociedad de las ciudades más emblemáticas del reino castellano, Burgos y Toledo, que cobraban vida en las palabras de nuestro brillante interlocutor.
No escapó de tal influjo el arte románico, que asentándose sobre los cenobios y templos mozárabes, gran parte de las veces, sirven igualmente de certificación histórica de la sustitución del rito, cuando no en los propios relatos y leyendas, las que no carentes de ciertas pinceladas novelescas, encontramos implícita esta "resistencia" a la sustitución. Es el caso de la Ordalía de las Crónicas Castellanas, en las que el Dr. Rubio Sadía, recreo cómo la oposición del clero y el pueblo a esta innovación fue tan grande, que el propio Alfonso, tuvo que tomar cartas en el asunto celebrando dos actos simbólicos: una justa de lanzas en el que dos caballeros defendían cada rito, el hispánico y el romano, respectivamente, que para sorpresa de los concurrentes concluyó con la victoria del caballero cristiano mozárabe. El segundo de los actos, fue un juicio de ordalía, en el que sometidos al fuego los dos misales, uno el hispánico y otro el romano, nos cuentan las crónicas que, como el misal hispánico no se quemaba, el propio rey se acercó a la hoguera y lo pateó hacia las llamas, declarando al rito romano vencedor. Es posible que esta leyenda sea el origen del refrán que afirma «Allá van las leyes, do quieran los reyes».
Diversas reseñas nos contarán que durante la reconquista de Toledo (1085), volverá a plantearse la pervivencia del rito hispánico, ya que la población mozárabe de la ciudad se negaba a abandonarlo. Como concesión en el pacto de conquista, seis parroquias toledanas obtuvieron permiso para conservar la antigua liturgia y, en contrapestación, el papa, con la aquiesciencia del rey castellano, nombró como primer arzobispo de Toledo al cluniaciense don Bernardo. El rito hispánico se mantuvo, a partir de esta fecha, sólo en las comunidades cristianas bajo dominio musulmán (los llamados mozárabes), aunque en progresiva decadencia. En la actualidad, tanto en el monasterio de Silos como en la Catedral de Toledo, se celebran misas mozárabes entre los diversos actos litúrgicos que su programa religioso incluye.
Un larga ovación, antecedió a un extenso turno de preguntas, demostrando el alto interés que la conferencia de nuestro ponente había creado entrre los asistentes al acto. Después de una larga media hora de respuestas a las intervenciones solicitadas, una nueva ovación, a la que continuaron peticiones de libros e información relativa a la conferencia de Don Juan Pablo, quien animosamente deparó con diversos asistentes, ya fuera del acto, hacia las 20h.