Año tras año, aquí seguimos... defendiendo el arte románico del poder endogámico de los oficialistas, todo un reto que nos ha llevado durante más de una década a ser el número 1 indiscutible, no sólo en España sino en toda Europa en cuanto a referente en investigación:
[Foro Club del Románico (Hispavista, 2007)]Mira que vuelves a tener razón... ... ni una sóla placa indicadora, ni en el pueblo ni en la carretera, ni en kilómetros a la redonda; a lo más, escuetas citas en guías, como si alguien estuviera deseoso de ocultar lo que allí hay: Dagda, el Buen Dios y Cuchulain el Victorioso en el interior, como velando el Shamain y las almas de los difuntos represesentados en un medieval Halloween sin parangón alguno en Europa.
Y en el exterior, Ogmios, como recoge esta imagen, en la que se le representa como la Divina Palabra o Hagia Sofia, inexorable verdad que encadena boca y oódos de aquél que escucha:

Mitológicamente se le representaba como un anciano todo arrugado, vestido con una piel de león; lleva maza, arco y carcaj. De una cadenilla de oro -cuya extremidad traspasa su lengua agujereada- penden multitudes considerables de hombres atados por las orejas. Así dijo verle Luciano de Samosate, retórico griego del siglo II de nuestra Era que le dedicó un tratado, representándole con los rasgos de un viejo de piel rugosa y casi calvo, o mejor dicho tonsurado al estilo druídico, con los cabellos que le quedaban todos canos.
Pero la fuerza de este dios no era física sino que estaba en las cadenas, su símbolo, que unían su lengua con las orejas de quienes le escuchaban. Era pues un dios civilizador el dios de la elocuencia y de los discursos persuasivos. Para algunos investigadores el nombre de Ogmios, no sería céltico, sino una adaptación del griego Ogmos que significa camino, o sendero; de esta forma Ogmios sería el Conductor, pero para otros sería el mismo nombre del conocido Heracles (Hércules).
Entre los celtas galeses Gwyddyon es el equivalente más próximo al celta irlandés Oghma, pero tenía otros nombres según la zona celta que lo venerase. De esa forma, fue llamado “Ogmios” en la Galia, Occma, entre los celtas de Escocia, Ogmia entre los celtas britanos y se apunta la posibilidad de “Ocnioroco” entre los celtas hispanos. En Gales “Gwyddyon” -como dios territorial- es el que más se acerca a las características de Oghma. En la Galia, sin embargo, recibiendo el nombre de Ogmios, mantiene cierta ambigüedad.
Sin embargo, hoy, la mayoría de investigadores coinciden en que la versión griega del nombre de Ogmios queda ya bastante relegada y que Ogmios evocaría el estilete que graba la escritura o la hoja acerada. A partir del siglo XI, debido a la aculturización cristiana, dejó de ser considerado una divinidad primordial entre los celtas y pasó a ser tan sólo un guerrero arcaico de leyenda que murió en la segunda batalla de Magh Tuireadh.
Como dios elocuente está reflejado en monedas tardías, halladas en la Bretaña Armoricana y muy especialmente en este capitel absidial de la iglesia parroquial de Fuente Urbel (Burgos), antiguo reino de León y Castilla, Spain.
La frescura de nuestras interpretaciones y la ausencia en ellas de influencias colaterales externas, ha sido capaz de recrear el mito en el mismo momento de su creación, con tal fuerza, que ha resucitado como si la niebla que los envolvía tras miles de años se hubieran disipado para siempre.
Decía Carl O. Sauer a los profesionales de la geografía*, que no se debería establecer distinciones envidiosas entre profesionales y aficionados; y que esperaba de los primeros que supiesen reconocer el privilegio de saberse dedicados al estudio de la materia en cuestión, un campo que no fue descubierto por ellos ni por sus predecesores académicos, ni que es probable que desde entonces haya sido atendido de manera adecuada.
La geografía y la historia se unen íntimamente en escenarios culturales como los que corresponden al arte románico y que entroncan directamente con las propuestas científicas de Sauer:
Seguimos aprendiendo...