Hola a todos
¿Os apetece que volvamos a hablar de detalles plásticos y simbología en las pinturas murales de Bagüés? Intentaré que hablen más las imágenes que las palabras.
Si nos fijamos bien, en estas pinturas murales y de forma tradicional, en la escenificación de la crucifixión de Cristo, la Virgen María se ubica a su derecha y San Juan Evangelista a su izquierda.

¿Qué se colocó encima?, el discipulario evangélico más la Virgen María en el momento de la Ascensión de Cristo. El redactor teológico lo tenía claro, el texto de los Hechos de los Apóstoles da la nómina sólo de once discípulos, pues Judas Iscariote ya se ha suicidado. Por eso, coloca a once discípulos más la Virgen María:

Siguiendo con la lógica de la ubicación de la Virgen María y de San Juan Evangelista en la escena inferior de la crucifixión, en el lado derecho y sobre la Virgen María, se dispone, de nuevo, a la Virgen María acompañada de cinco discípulos:

Sin embargo, ¿cómo están distribuidos estos cinco discípulos? A través de una escena intencionada en la que cuatro de los cinco dialogan de dos en dos, quedando uno de ellos de espadas a la Virgen y como solo. ¿Quién puede ser ese discípulo? Por pura lógica, San Pedro. Ahora, bien, ¿cómo está connotado? Solo, sin la llave, pero eso sí con una especie de doble aureola o rectificación pictórica, ahora bien, sin mirar cómo asciende Cristo. Por cierto, sí que realizan el acto de mirar tanto la Virgen María como San Juan Evangelista, el personaje colocado en el otro registro compuesto por los otros seis discípulos. De hecho, sólo la Virgen María y San Juan Evangelista parecen mirar de forma intencionada el acto de la Ascensión de Cristo:

Con la misma interpretación, sobre el San Juan Evangelista de la Crucifixión, San Juan Evangelista mirando a Cristo en el momento de la Ascensión. ¿Qué hacen los otros cinco discípulos?, dos dialogan entre ellos y tres más hacen lo propio. Si en este registro se colocan tres discípulos dialogando juntos, todavía se resalta más la soledad del personaje que, en el otro registro y por lógica, identificamos como San Pedro. La soledad de San Pedro se hace así evidente. Nada, una vez más, curiosidades acerca del tratamiento iconográfico recibido por San Pedro en la plástica pictórica de la Valdonsella aragonesa. Ya callo.
Un abrazo a tod@s