Hola a todos
En primer lugar, gracias a Xavi por su esfuerzo de hacernos llegar estas magníficas fotografías.
En segundo lugar, como él dice, sólo podemos teorizar. Me apunto y me lanzo a la piscina. Espero que alguien me pueda socorrer en caso de porrazo. Ya aviso que me ha salido un poco larga esta entrada, pero no la he podido hacer más corta para que se me entienda.
Avancemos un poco más en esta iconografía del Pantocrátor. ¿Qué puede ver alguien con mínima instrucción teológica en los cuatro discípulos representados junto a la Virgen María? ¿Qué tienen en común?
Vayamos en esta entrada por los dos primeros, los ubicados junto a la Virgen María:
1.Santo Tomás Apóstol: Tomás (llamado Dídimo o Mellizo). El evangelio de San Juan es el único que nos habla de Tomás y en tres ocasiones:
§ Cuando Jesús se dirige por primera vez a Jerusalén: "
Tomás, llamado Dídimo, dijo a los demás: Vayamos también nosotros y muramos con Él" (Jn. XI,16).
§ En la última Cena:
“A donde Yo voy, ya sabéis el camino". Y Tomás le respondió: "Señor: no sabemos a donde vas, ¿cómo podemos saber el camino?" “(Jn. XIV, 15).
§ El tema de la duda ante Cristo resucitado:
"En la primera aparición de Jesús resucitado a sus apóstoles no estaba con ellos Tomás...” (Jn. XX, 24 ss.)
2.San Bartolomé, llamado también Natanael de Caná. El evangelio de San Juan es el único que nos habla de San Bartolomé o Natanael:
“Encontró Felipe a Natanael y le dijo: "Hemos encontrado a aquél a quien anunciaron Moisés y los profetas. Es Jesús de Nazaret". Natanael le respondió: " ¿Es que de Nazaret puede salir algo bueno?" Felipe le dijo: "Ven y verás". Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: "Ahí tienen a un israelita de verdad, en quien no hay engaño" Natanael le preguntó: "¿Desde cuando me conoces?" Le respondió Jesús: "antes de que Felipe te llamara, cuando tú estabas allá debajo del árbol, yo te vi". Le respondió Natanael: "Maestro, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel". Jesús le contestó: "Por haber dicho que te vi debajo del árbol, ¿crees? Te aseguró que verás a los ángeles del cielo bajar y subir alrededor del Hijo del Hombre." (Jn. I, 45-51 ).
¡Vaya dos personajes para contextualizar la iconografía, los dos tienen vida propia para la fe gracias al evangelio de San Juan y sólo gracias a este evangelio!
El final del episodio de Natanael o San Bartolomé enlaza directamente con la iconografía de este Pantocrátor que, a mi entender y me lanzo a la piscina, no está realizado en clave judicial, por mucho que se ha escrito catalogándolo así, sino de Teofanía que no habla de castigo divino. Esta ausencia de la idea castigo enlazaría con la filosofía teológica defendida por Juan Escoto Eriúgena, ese autor que propone en su tesis doctoral Alfons Puigarnau.
Además, no debemos olvidarnos que en el libro que sostiene la Maiestas Dómini de Sant Climent de Taüll está escrita la cita del evangelio de San Juan:
“Ego sum lux mundi” (Jn. VIII, 12). Juan Escoto Eriúgena negaba el Infierno en el sentido defendido por la Iglesia romana, ese de la iconografía que ha llegado hasta nuestros días con el fuego, las calderas de los condenados y todos esos demonios monstruosos danzando por ahí. Precisamente, en este tema, está una de las claves de la condena de su pensamiento.
Alguien con un poco de instrucción teológica no sólo ve allí reflejados personajes del evangelio de San Juan sino que puede interpretar ese Pantocrátor sin necesidad de verlo en el contexto judicial si tiene presentes la palabras que Jesús dedica en el evangelio de San Juan a Natanael o Bartolomé, el personaje colocado junto a la Virgen María:
“Te aseguró que verás a los ángeles del cielo bajar y subir alrededor del Hijo del Hombre." (Jn 1, 51) Además, podía reconocer esa herejía que negaba la condena del infierno. Además, no debemos olvidar que los Albigenses tenían ideas tomadas de Eurígena. Y, entonces, entonces, hemos empezado a hablar de los Cátaros y Cátaros y Vall d’Aran...
Pero, además, como otras veces ya hemos comentado, en esta espléndida iconografía, el águila (el símbolo que representa a San Juan Evangelista) es el único Viviente que tiene la aureola o nimbo de color diferente, rojo; por eso, casi ni se distingue. A San Juan Evangelista, se le connota diferente a los demás hasta a través de su símbolo, el águila, el que ve.
Ciertos miembros de la Iglesia romana pudieron ver, en esta magnífica iconografía del Pantocrátor de Sant Climent de Taüll, la exaltación tanto de la figura de San Juan Evangelista como de su evangelio y de la simbología de los personajes que en él utiliza. Además, de un pensamiento de naturaleza herética. Por cierto, ¿por dónde debían andar San Pedro y San Pablo, los santos patronos de la iglesia de Roma, en Sant Climent de Taüll? En Santa María de Taüll parece ser que sí se les encuentra rápido.
Bueno, ya callo, que dicen que me enrollo. Si os apetece, otro día podemos seguir.
Un abrazo a tod@s