Según la mayor parte de estudiosos y analistas, el románico alcanza un fuerte desarrollo entre el 800 dC a 1200 dC, aunque ya hemos establecido, que la 'acotación' del término románico es un concepto moderno creado en el s.XIX, que permite aglutinar algunas características arquitectónicas similares entre sí, que aplican principalmente en su diseño la bóveda de cañón o el arco romano. Otras artes y principalmente la escultura, fueron utilizados con el propósito de difundir el evangelio cristiano.
El estilo esencial del arte y la arquitectura carolingia fue la de estar influida por las estructuras anteriores romana y bizantina, mientras que también incorpora la influencia del norte de las tierras que hoy se conocen como Francia y Alemania, lo que nuestra opinión presupone por cultura Sajona. Este tipo de arte y arquitectura, más tarde será reinterpretado por los estudiosos del siglo XIX, como ese estilo románico enunciado en el punto anterior, que significa literalmente, algo así 'como lo hacían los romanos'.
La Capilla Palatina de Carlomagno puede ser considerada un símbolo de su legado y reinado, en el que se reinventó el poder imperial con la ayuda de reforma de la iglesia, y fue centralizado en el emperador su poder secular. La Capilla Palatina de Aquisgrán muestra todo esto a través de su diseño arquitectónico, constituyéndose en un brillante ejemplo del Renacimiento carolingio, que como vemos tiene enormes similitudes con la Renovatio imperii romanorum de Justiniano I el Grande, pero esta vez en Occidente.
Las imágenes muestran algunas de las características más comunes en la arquitectura románica:
1) Bóveda de cañón
2) Bóveda de arista
3) Plantas centralizadas
4) Deambulatorios
Durante este tiempo, el interés se centraba en Europa en la cuestión religiosa. Un gran número de personas viajó en peregrinación para visitar los sitios de los santos y mártires, puesto que la gente creía que las reliquias sagradas tenían el poder de hacer milagros. Las rutas a los lugares santos más famosos, como Santiago, adquirieron gran difusión y requirieron grandes edificios para celebrar los oficios, que preveían la asistencia de grandes oleadas de peregrinos.
Debido a que la iglesia de estilo basílical no pudo contener las grandes multitudes que se acercaban, se comenzó a construir templos con planta en forma de la cruz latina. El peregrino que entraba en la iglesia a través de la nave, llegaría a la zona conocida como el crucero, situándose bajo una bóveda formada en la intersección de las bóvedas de la nave y del transepto.
Las reliquias de la iglesia se celebrarán, mostrándose en el área de el altar mayor, donde los peregrinos pueden verlas deambulando por la girola, elemento arquitectónico que permitió un buen patrón para regular el tráfico de estas grandes multitudes por el interior del templo. Contra más famosas fueran las reliquias de una iglesia, más grande será el paso de las multitudes que atraen.
Los arquitectos también quisieron alejarse del uso de la madera de los techos y comenzaron a utilizar los techos de piedra en el nuevo tipo de iglesias. Las bóvedas de cañón y de arista se utilizarán profusamente en los techos. La piedra, formando pilares centrales, se elevó para la construcción del arco con gran robustez, lo que obligó a reforzar el muro exterior con contrafuertes, para contener el enorme peso que se deriva del sustento de las bóvedas superiores hacia los empujes limítrofes, que tienden hacer ceder las paredes perimetrales hacia el exterior.
Por el mismo motivo, la pared de la iglesia tuvo que ser muy gruesa y las ventanas habían de ser necesariamente pequeñas para mantener la resistencia de la fuerte pared y debido a esto, el interior de las iglesias tenía una iluminación tenue, pero magnífica y que -a pensar de muchos, fue el gótico quien terminó con una de las características primordiales de la arquitectura románica, al mejorar con su diseño el aporte lumínico en el interior del templo.