Hola a todos
Volvamos al tema de los dedos y, en concreto, a una pregunta: ¿la manera de esculpirlos pueden constituir un símbolo que va más allá de la propia significación plástica? Pongamos un ejemplo.
Se trata del capitel que representa a María Magdalena anunciándole la resurrección a San Pedro (connotado de forma evidente con una llave) que se encuentra en el Museo de Navarra.
Si miramos atentamente la imagen, surge una pregunta directa: ¿hacia qué personaje apunta ese dedo extremadamente largo de María Magdalena? No apunta hacia San Pedro, quien hace un gesto de admisión con sus dos manos mostrando las palmas, sino hacia un personaje joven. Además, este personaje joven alza su mano izquierda y con el dedo índice también hace el gesto del número uno. ¿Quién puede ser este personaje joven?
Este personaje joven puede ser connotado como San Juan, pues según el relato del capítulo XX del
Evangelio de San Juan:
Citar:
“1 El primer día de la semana va María Magdalena de madrugada al sepulcro cuando todavía estaba oscuro, y ve la piedra quitada del sepulcro. 2 Echa a correr y llega donde Simón Pedro y donde el otro discípulo a quien Jesús quería y les dice: "Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto." 3 Salieron Pedro y el otro discípulo, y se encaminaron al sepulcro. 4 Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió por delante más rápido que Pedro, y llegó primero al sepulcro. 5 Se inclinó y vio las vendas en el suelo; pero no entró. 6 Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, 7 y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte. 8 Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado el primero al sepulcro; vio y creyó, 9 pues hasta entonces no habían comprendido que según la Escritura Jesús debía resucitar de entre los muertos. 10 Los discípulos, entonces, volvieron a casa.”
Precisamente que el dedo índice de María Magdalena apunte “como primero” a San Juan y no a San Pedro (connotado con su llave y dentro del sepulcro) siempre me ha hecho recordar esta lección teológica sobre este pasaje del evangelio de San Juan:
Citar:
“Entra primero Pedro en el sepulcro, después Juan; pero como ambos corren, ambos entran. Y, por esto, porque se ha escrito “A no ser que no hayáis creído, no entendéis”, necesariamente la fe precede al testimonio de la Sagrada Escritura; después, a continuación, viene el entendimiento, al cual se le prepara la entrada por medio de la fe. Así pues, Pedro conoció a Cristo Dios y hecho ya hombre en el tiempo, y dijo: “Tú eres Cristo, el Hijo de dios vivo.” Voló muy alto. Pero más alto voló aquel que comprendió que el mismo Cristo Dios había sido engendrado de Dios antes de todos los tiempos, diciendo: “en el principio era el Verbo”
Lo curioso es que este texto pertenece a Juan Escoto Eriúgena,
Vox sipiritualis Aquilae, Homilía al Prólogo del Evangelio de San Juan. Se trata de un texto que conocían perfectamente en la catedral románica de Pamplona. Existen pruebas objetivas.
El texto, como se ha comentado, se trata de una homilía de la que, todavía hoy, existe copia en Pamplona (
Diputación, homiliario, fol. 1-3v (s. XIII/XIV)), pues se seguía utilizando más tarde de la fecha de construcción propuesta para estos capiteles.
En pocas palabras, los capiteles románicos de la catedral de Pamplona pueden estar remitiendo a lecciones teológicas concretas a través de sus detalles plásticos como, en este caso, el símbolo que representa un dedo, el índice, el que sirve para señalar y, también como sigue sucediendo en la actualidad, para indicar que uno es el número uno. De ahí, que nos resulten tan interesantes.
Un abrazo a tod@s