Hola a todos
En primer lugar, gracias a los que nos seguís leyendo. La siguiente entrada saldrá un poco larga por diferentes razones. Además, espero que lleguéis hasta el final; pues, tal vez, alguno de vosotros hasta encontréis interesante el desarrollo de estas ideas.
Sin embargo y antes de nada, quiero confesaos de que estoy cansado, muy cansado, de tener que recurrir a la repetición de conceptos para hacernos entender, pues parece que vamos en esto de interpretar ciertos aspectos de la iconografía del románico a contracorriente de todo el mundo.
Cuando en la figuración del románico se ve un músico y una bailarina, los estudios siempre tienden a darles una significación negativa dentro de un contexto de la jugaría. Ella, la bailarina, se convierte en la representación de la lujuria y ya está.
No obstante, desde hace tiempo, venimos proponiendo otra interpretación: el músico y la bailarina como representación de una idea determinada de alma siguiendo el pensamiento teológico de Juan Escoto Eriúgena.
Vamos a rizar el rizo y hasta a lanzarnos a la piscina en pleno mes de enero. Para ello, utilizaremos las magnificas metopas de San Martín de Artaiz. De entrada, para que se vea toda la secuencia, tomo prestada una magnifica fotografía de una web dedicada a este templo:
Intentemos describir lo que se ve de derecha a izquierda siguiendo la propia pared como punto de referencia:
Lado derecho, analogía positiva, representación de los símbolos teológicos cristológicos enmarcados entre canecillos relacionados con la música:
1. Primer canecillo: músico
2. Primera metopa: tema de la Psicostasis o pesaje de las almas
3. Segundo canecillo: bailarina
4. Segunda metopa: sacrificio de la Santa Misa
5. Tercer canecillo: músico
6. Tercera metopa: tema de La Anástasis o Descenso de Cristo a los infiernos, "Descensus ad Inferos"
7. Cuarto canecillo: músico, (con él se acaba la connotación teológica positiva). Este canecillo es el centro iconográfico de todo este conjunto compuesto por un total de 13 elementos pétreos: 7 canecillos y 6 metopas. Ahora, empezaría la parte izquierda, la de la connotación negativa.
Lado izquierdo, representación de ejemplos del actuar humano tomados del Antiguo Testamento, del Nuevo Testamento y de la actualidad románica (el momento en el que se esculpieron) enmarcados entre canecillos no relacionados con la música y con un fuerte contenido negativo o de violencia explícita; la referencia a la música desaparece completamente:
8. Cuarta metopa: interpretada como el sacrificio de Isaac
9. Quinto canecillo: mujer pariendo con el niño que sale con el cuchillo, la maldad desde el momento de nacer.
10. Quinta metopa: parábola de Lázaro y el rico Epulón.
11. Sexto canecillo: la lujuria en forma del hombre que ríe mientras se lleva la mano al pene.
12. Sexta metopa: el combate entre dos caballeros cristianos.
13. Séptimo canecillo: lucha de hombre (no se ven alas ni aureola) contra lo que parece un dragón.
Es decir, la música como un elemento simbólico positivo en un contexto teológico cristológico; además, un músico y una bailarina enmarcando el tema de la Psicostasis. Por si fuera poco, también hemos visto capiteles como el siguiente:
que puede describirse como aves picoteando cabezas de hombres junto a un hombre que hace el tonto subido sobre un león o, ¿por qué no?, también pueden leerse alegóricamente leyendo a Juan Escoto Eriúgena:
“Por otro lado, las bestias del campo y las aves del cielo que son llevadas a la presencia de Adán son nuestros movimientos irracionales, puesto que las pasiones corporales diversas son ciertas bestias y animales, ya sean las pasiones muy turbulentas, ya sean más lánguidas.”“¿Qué otra cosa pensamos que son las aves del cielo, sino los pensamientos vanos que vuelan cual aves en torno a nuestra alma y pasan a menudo con movimiento variado de un lado a otro?”“La ferocidad en el león es un bien y sin ella no puede llamarse león – un león manso no es un león, una vez perdida su cualidad natural-, en cambio la ferocidad en la naturaleza racional es un vicio y una cosa prohibida o ilícita.”(Juan Escoto Eriúgena)
Llegados a este punto, mejor que calle. Pero, eso de ver siempre a los pobres músicos y a las malísimas bailarinas como representaciones negativas en el románico... Bueno, espero no habeos aburrido mucho, si habéis llegado hasta aquí. Sin darnos cuenta, creo que acabamos de proponer otra lectura para toda la secuencia de los canecillos y metopas de San Marín de Artaiz y, además, se sostiene en una secuencia leída con criterios lógicos, con la razón, como le gustaba a Eriúgena. Ya callo. Por cierto, la historiografía sitúa esta escultura entre los años 1140 y 1150 y la vincula con Echano.
Un abrazo a tod@s