Hola a todos
Una duda más acerca de la manera cómo ha llegado hasta nosotros la magnífica iconografía del Claustro de Silos. Como ya hemos comentado otras veces, en el conocido por todos como relieve de Pentecostés, no aparece la paloma símbolo del Espíritu Santo:
Sin embargo, sí que aparece este símbolo en el llamado relieve del Árbol de Jesé:
Pero, ¿cómo ha llegado hasta nuestros días?, sin cabeza. ¿Quién ordenó decapitar al símbolo del Espíritu Santo nada más ni nada menos que en el interior del claustro de Silos? Y, de nuevo, las dos mismas preguntas:
1. ¿Qué poder tenía la persona que lo ordenó?
2. ¿Por qué no se ha restaurado?, siguiendo la magnífica intuición de demiguel.
Hace tiempo que venimos sosteniendo de forma personal que el teólogo redactor de la imaginería conocida como la obra del Segundo maestro de Silos era seguidor de la teología de Joaquín de Fiore. Como tantas veces hemos comentado, para Fiore tenía que venir la tercera Era, la del Espíritu Santo, en la que una iglesia espiritual de monjes vendría a sustituir a la iglesia terrenal de clérigos encarnada en la Iglesia de Roma.
En una comunidad de monjes, se realiza un relieve en el que aparece el símbolo del Espíritu Santo, pero llega decapitado hasta nuestros días. Independientemente del pensamiento que ya hemos ido comentando, ¿podemos añadir algún dato objetivo que vincule de forma directa este relieve de Silos al pensamiento de Joaquín de Fiore? Fijémonos tanto en la cabeza decapitada de la paloma como en los restos de pigmentación cromática:
Si mi cansada vista no me engaña, en el famoso árbol, todavía se pueden observar restos de pigmentación de tres colores:
1. Rojo, en las ramas
2. Verdes, en las hojas
3. Azul, en algún fruto
¿Por qué pintar un árbol con estos tres colores en concreto? ¿Qué pasaría si el rojo, el verde y el azul fuesen tres colores simbólicos que remitiesen a la idea de la Trinidad, el eje temático de este relieve? ¿Hay algún teólogo medieval que lo haya señalado así? Es evidente que sí, Joaquín de Fiore.
Joaquín de Fiore, en su
Liber Figurarum (Libro de las figuras), un libro ilustrado sobre los principales conceptos teológicos, en la
Tabla XIb del Códice Reggiano, explicó el concepto trinitario de las relaciones que se producen entre las tres personas de la Trinidad, en definitiva, su visión de la fórmula del “Filioque”:
Si nos fijamos bien, el Padre está representado con un círculo de color verde, porque es el creador de la naturaleza; el hijo, con uno de color azul, porque descendió del cielo y el Espíritu Santo con uno de color rojo, ya que es el amor.
Es decir, tenemos una base teológica para explicar el simbolismo de los colores que se utilizaron para pintar el Árbol trinitario de Silos.
La paloma ha llegado decapitada hasta nuestros días y, como ya hemos recordado en otras ocasiones, el obispo de Burgos, don Mauricio, en 1218, al regresar del IV Concilio de Letrán, ese en el que se condenó parte del pensamiento de Fiore y, en concreto, su concepción de la Trinidad, excomulgó a toda la comunidad del monasterio de Santo Domingo de Silos porque necesitaba una reforma. Tal vez, los monjes de Silos estaban esperando la llegada de la nueva iglesia espiritual en la que los monjes tendrían de nuevo el poder y, claro está, los clérigos de la Iglesia de Roma y, al frente de ellos, sus obispos, no estuvieran dispuestos. Ya callo.
Un abrazo a tod@s