Hola a todos
Por privado, una persona me ha consultado por qué, de vez en cuando, voy afirmando en este foro que el Arte románico, al menos en algunas de sus iconografías, no es una simple
Biblia pauperum, una biblia para los pobres y, también, me pregunta por qué le doy más valor al trabajo intelectual del teólogo redactor del programa que al trabajo manual del maestro escultor.
Intentaré explicarlo a través de un ejemplo que ya he comentado en otra ocasión. Creo que con este ejemplo se entenderá a la primera.
Existen iconografías en el Arte Románico que no pueden existir sin una colaboración directa entre el teólogo redactor del programa y el artista. Además, el teólogo redactor establece una serie de correspondencias directas entre su pensamiento y los detalles plásticos de la obra. Pero si, además, se deja plasmado en forma de epigrafía en las piedras, la correspondencia adquiere toda su relevancia.
Pongamos el ejemplo del famoso crismón de la Ermita de San Bartolomé, en Aguilar de Codes, Navarra.
Las palabras grabadas sobre las piedras son un auténtico ejercicio de exégesis bíblica y hablan del triunfo de la nueva fe, la cristiana, vista desde la perspectiva de alguien con altos conocimientos de liturgia. No es sólo un simple símbolo catequético (que también) sino un buen ejemplo de cultura eclesiástica y de conocimientos de la interpretación de los textos de la Biblia por parte del teólogo redactor que lo ha diseñado.
- En el
dintel, la oración del perseguido; en el
tímpano, el himno de los redimidos.
- En el
dintel, se habla del sacrificio matutino en el rito judío; en el
tímpano, del sacrificio de Cristo a la tarde.
- En el
dintel, se habla del Templo de Jerusalén; en el
tímpano, del Nuevo Templo de Jerusalén, el Cielo.
- En el
dintel, se refleja la liturgia judía; en el
tímpano, la cristiana.
- En el
dintel, se grabó un versículo de un salmo que se recita en Laudes; en el
tímpano, un versículo de uno de los cánticos del Apocalipsis que se recitan en Vísperas.
-
En el dintel, el Salmo V; en el tímpano, el capítulo V del Apocalipsis. - En el
dintel, un versículo del Antiguo testamento; en el
tímpano, un versículo del Nuevo Testamento.
En el dintel, se escribió el versículo 8 del Salmo V: “Pero yo, por tu inmensa bondad, llego hasta tu Casa, y me postro ante tu santo Templo con profundo temor.”El Salmo V, se presenta como una oración de la mañana. Su contexto teológico es el siguiente: “A la hora en que se ofrece el sacrificio matutino (Ex. 29. 38-40), un fiel israelita expone su caso al Señor (v. 4), apelando a la justicia de Dios (v. 9). El hecho de encontrarse en el Santuario (v. 8) es para él una prueba de su inocencia, porque ningún impío podría gozar de ese privilegio (vs. 5-6). Para hacer más apremiante su oración, el salmista menciona a sus enemigos, que lo acusan calumniosamente (vs. 9-11). El Salmo concluye con una expresión de confianza en el Señor, que bendice a los justos y los protege como un escudo (vs. 12-13).” (El libro del pueblo de Dios,
La Biblia)
En la Liturgia cristiana, este salmo V se canta (o recita) en los Laudes del lunes de la I semana.
En el tímpano se labró el versículo 12, del capítulo V del Apocalipsis: “Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.” En la Liturgia cristiana, este Cántico del Apocalipsis se canta (o recita) en las Vísperas del martes de la I semana. Es el himno de los salvados, de los redimidos por la sangre del Cordero.
Citar:
“Se refiere al «Cordero degollado», al que se le atribuye la misma gloria de Dios Padre, pues «digno es» «de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza» (5,12). Es el momento de la contemplación pura, de la alabanza gozosa, del canto de amor a Cristo en su misterio pascual.” (Juan Pablo II)
El teólogo redactor que ordenó labrar estos dos versículos conocía muy bien tanto el significado simbólico como la relación teológica que se establecía entre ellos.
Además, al releer el último versículo del Salmo V:
“Porque tú, Señor, bendices al justo, como un escudo lo cubre tu favor”, el crismón, colocado en la puerta de entrada de un templo cristiano, toma todo su significado teológico.
Está claro que los artístas del románico eran buenos, pero los teólogos redactores de los diferentes programas iconográficos también lo eran. Pero, sin embargo, son los grandes olvidados de la historiografía románica. Leemos primer y segundo maestro de Silos, pero jamás primer y segundo teólogo redactor de Silos.
Creo que este ejemplo también ha servido para poner de manifiesto que el Arte Románico, al menos algunas de sus iconografías, no estaba pensado en clave de ser visto por personas analfabetas, eso de la
Biblia pauperum.
Espero que las dos preguntas que se me plantearon hayan sido contestadas de forma correcta. Muchas gracias a todas las personas que nos leéis.
Para acabar, esta semana, por motivos laborales, no podré estar muy activo en el foro. Así que os deseo:
¡Feliz semana! Un abrazo a tod@s