Hola a todos

Como otras veces hemos comentado en este foro, el simbolismo del Arte Románico tiene sus propios códigos que van más allá de lo que ven nuestros ojos en los estilemas o rasgos formales que dejaron en sus imágenes los diferentes maestros artesanos.

Como en otra ocasión hemos comentado, un maestro esculpió esta llave junto al águila, simbolo del pensamiento de San Juan Evangelista, en medio de un claustro de canónigos acogidos a la regla de San Agustín en el monasterio de Santa Maria de l'Estany, Barcelona. Sin embargo, detrás hay toda una lección teológica que solo se puede entender si él era un hombre instruido o si seguía el dictado de un teólogo redactor.



Quien colocó la llave conocía muy bien el doble significado de esta palabra CLAVIS en latín.



Dice el DRAE:

Sin embargo, con el tiempo, esta misma palabra latina dio como resultado una nueva:

Lo curioso del caso es que, en la lengua materna que, seguramente, pensaban muchos de esos canónigos, si no la totalidad, la palabra estaba en proceso de derivación a CLAU con el doble significado:

Por eso, seguramente, la colocación de esa llave junto al águila sirva para indicar que, en esa llave, está la clave para interpretar el rico contenido simbólico de este magnífico claustro.



Por cierto, si queréis saber algo más sobre el simbolismo que esconde este claustro podéis leer el relato La esfera de la luz y la misteriosa dama de Santa María de L´Estany, del que os coloco dos enlaces en los que lo podéis encontrar:

http://www.circuloromanico.com/index.ph ... ge_id=2187

https://es.scribd.com/doc/232102254/La- ... -Barcelona

Nada, problemas con la llave y el simbolismo que generó este hermoso arte, el Románico.
Un abrazo a tod@s

Hola a todos

Recordemos un poco la fotografía que este mes encabeza la Home de Círculo Románico:

http://www.circulo-romanico.com/

Según fue avanzando el Románico, también lo hicieron los temas o conceptos teológicos. Por ejemplo, el tema de la Coronación de la Virgen María. En algunas iconografías, este tema de la coronación tiene dos elementos compositivos claves con lo que parece una estructura fija:

1. La pasividad de la Virgen María y su aceptación con la mano derecha.
2. La acción de los ángeles al coronarla.



Templo de San Pedro y San Pablo, en Gredilla de Sedano, Burgos, con una corona que parece posterior al momento original de la labra del tímpano.



Monasterio de Santo Domingo de Silos, Burgos.

Sin embargo, esta lección teológica en piedra sufrió una variación temática que se corresponde con la fotografía de la portada de este mes de la web de Círculo Románico:



Se trata del tímpano del templo de la Sainte Croix de Kaysersberg, en Alsacia. Aquí es el Hijo, la segunda persona d ela Trinidad, el que corona a su madre. Sólo hace falta mirar los detalles de manos y dedos, tanto de la Virgen María como de Cristo, también coronado.
Un abrazo a tod@s

Hola a todos

A veces, el en arte Románico, el símbolo nace por contraste. Pongamos un ejemplo sobre el que hemos hablado en alguna ocasión. De hecho, una doble naturaleza de un símbolo a través de la elección de un determinado animal (grifo vs dragón) se puede convertir en un claro exponente de hacia dónde conduce la fe activa: a la militancia en las tropas de Cristo o en las tropas del Maligno.

Empecemos colocando este jinete del templo de Nuestra Señora de la Asunción, en Villasayas, Soria, que, vestido con ropas talares, las que utilizaban los clérigos, cabalga un grifo



Debemos recordar que el grifo es el símbolo de la castidad para determinados autores neoplatónicos cristianos y síntesis de los dos acontecimientos divinos de Cristo: la resurrección (león, San Marcos) y la Ascensión (águila, San Juan), además de ser los animales que custodian el Árbol de la vida en el Paraíso.

Ahora, la correspondencia contraria, en la que el jinete cabalga un dragón apocalíptico y va desnudo, caso del templo de San Miguel de Biota, Zaragoza:



En los dos casos, cabalgando dragones o cabalgando grifos, estas iconografías son los símbolos de modelos diferentes hacia donde conduce la espiritualidad activa, esa que practicaban los clérigos o canónigos y no los monjes benedictinos, por ejemplo.

El que cabalga un grifo acepta luchar espiritualmente a favor de Dios; el que cabalga un dragón apocalíptico lucha a favor del Maligno, el Diablo.

Además, el hombre, que en Villasayas cabalga un grifo, está connotado con una tonsura especial, la practicada por el cristianismo celta.



esa misma tonsura que se encuentra en Biota.



Por eso, en el Arte Románico, los símbolos pueden construirse como en un juego de espejos que presentan la realidad desde diferentes perspectivas.
¡Feliz fin de semana!
Un abrazo a tod@s

Hola a todos

Como en otras ocasiones hemos escrito, en el estudio del arte Románico, también hay que saber mirar con otros ojos. De esta manera, desde el Grupo de investigación Ailbe, llegamos a interpretar, ya hace algunos años, que los relieves de Silos constituyen en sí mismos un Tetramorfos analógico.

Como hemos escrito en otros temas, ¿por qué el llamado segundo maestro de Silos esculpió en sus relieves los temas de la Anunciación y el Árbol de Jesé, a pesar de que es evidente que quiere marcar sus diferencias de estilemas con el primer maestro? Un buen maestro escultor puede imitar perfectamente el trabajo de su predecesor. Sin embargo, en Silos, no es así. El segundo maestro parece querer decir: hay una continuidad temática, pero (como se ha demostrado) se produce un cambio en la lección teológica.

Antes de proseguir, una recapitulación teniendo en cuenta los símbolos de los Vivientes y su significado teológico: El hombre, símbolo de la Encarnación; el buey, símbolo de la Pasión; el león, símbolo de la Resurrección; el águila, símbolo de la Ascensión.

¿Qué pasa con los relieves del claustro del monasterio de Silos?:
1. Machón suroeste (obra del segundo maestro). Temas: Anunciación, Árbol de Jesé; es decir, la Encarnación, el hombre, San Mateo.
2. Machón noreste (obra del primer maestro). Temas: Crucifixión, Sepulcro; es decir, la Pasión, el buey, San Lucas.
3. Machón noroeste (obra del primer maestro). Temas: Emaús, Incrédulo Tomás; es decir, la Resurrección, el león, San Marcos.
4. Machón sureste (obra del primer maestro). Temas: Ascensión y el conocido como Pentecostés; es decir, la Ascensión, el águila, San Juan.

Si se tratara del tema de Pentecostés, Cristo no intervendría y nos encontraríamos con siete relieves dedicados a Cristo y uno al Espíritu Santo, además ya no podríamos sostener que se trata de un tetramorfos analógico. Recordemos la iconografía:



Si se observa con atención este bajorrelieve, todavía surgen más dudas:
1. ¿Dónde está la paloma símbolo del Espíritu Santo?
2. ¿Dónde las lenguas de fuego sobre las cabezas de los discípulos?
3. ¿Es la iconografía de Pentecostés?
4. ¿Por qué la presencia de la Virgen María?
5. ¿Qué significa esa mano que parece bendecir desde el Cielo?

En definitiva, estas dudas, deberían ser resueltas por algún pasaje que nos acercasen al tema de la Ascensión y no al de Pentecostés para poder afirmar con precisión que nos encontramos ante un tema iconográfico basado en la Ascensión. De esta manera, los dos relieves de Silos colocados en el machón sureste estarían remitiendo al concepto teológico de la Ascensión y al símbolo del viviente representativo de San Juan. el águila.

Si repasemos un poco el final del evangelio de San Lucas, por ahí andan manos bendiciendo desde el Cielo sin necesidad que se trate de la Dextera Dei:

Perícopa que es comentada de esta manera por Beda, el autor que creemos de referencia para el teólogo redactor de la obra del llamado primer maestro de Silos:

Después de estas referencias, sí que lo tenemos más claro todavía. Nos encontramos ante un contexto teológico de la Ascensión y no de Pentecostés. Los relieves de Silos constituyen en sí mismos un Tetramorfos analógico. Por eso, al aprender el Arte Románico, también hay que estar dispuestos a mirar con otros ojos.
Un abrazo a tod@s

Hola a todos

En el desarrollo de este tema, no se debe olvidar que, en el arte románico, el interés teológico y el interés artístico van de la mano. Coloco un símil.

Toda moneda se compone de una cara y un envés o cruz. Supongamos, en primer lugar, que tenemos una moneda especial con una cara que posee una iconografía artística impresionante bella como pocas, en la que se muestran los estilemas o rasgos formales que identifican al artista, y con un envés que es su interpretación teológica, que se muestra en los llamados detalles plásticos que identifican el pensamiento del redactor del programa.



Sigamos suponiendo que, después, con una sierra de precisión somos capaces de separar la cara de la cruz. Es evidente que seguiremos teniendo una cara artísticamente impresionante y bella como pocas. Sin embargo, ¿qué valor tendrá esa moneda en el mercado?

Supongo que todos estaréis conmigo admitiendo que ninguno. La cara será artísticamente bella, pero su valor simbólico y, por lo tanto, real, habrá desaparecido, pues habrá dejado de formar parte de la moneda.



Personalmente, sostengo que algo parecido sucede con el arte románico. Desde mi punto de vista, no se puede estudiar el arte románico separando el trabajo del artista del pensamiento del teólogo redactor del programa iconográfico.

Es decir, en las representaciones del arte románico, tenemos una cara, toda su magnífica iconografía, expresada en estilemas o rasgos formales, y un envés o cruz, su significado teológico, expresado en los detalles plásticos. Si separamos y quitamos el contenido teológico de la iconografía románica, ¿qué queda? Una bella imagen sin ningún valor de reflexión para la fe cristiana.



No existe ni una sola moneda que no tenga una cara y un envés unidos. Lo mismo ocurre en el arte románico. No existe ni un solo conjunto escultórico en el que no se puedan ver y analizar juntos, siempre juntos, los trabajos del artista y del teólogo redactor.

De lo contrario, igual que una moneda sin envés, o cruz, ha dejado de ser una moneda, un verdadero análisis del arte románico que no contemple el trabajo del teólogo redactor del programa iconográfico ha perdido el referente de su valor, su correcta interpretación. Por eso, el contenido de este tema: el valor de saber descubrir las correspondencias entre el conjunto artístico y el pensamiento teológico como complemento del análisis de la iconografía románica.

¡Feliz fin de semana!
Un abrazo a tod@s

Hola a todos

Sigamos un poco con esta reflexión personal en voz alta.

Existen iconografías en el románico que no dejan de ser significativas por lo que expresan y, en ellas, se muestran perfectamente las dos caras de la moneda que estamos comentando.

Como otras veces ya hemos comentado, San Juan Evangelista había afirmado: “A Dios nunca le vio nadie” (I Juan, 4, 12), ¿de qué Dios hablaba si se había producido la Encarnación del Hijo? Además, los teólogos neoplatónicos lo tenían claro:

No sólo eso, así lo siguen interpretado los estudios actuales:

Al encontrarnos ante iconografías como las siguientes:



Colegiata de Santa María, Alquezar, Huesca



Claustro del monasterio de Santo Domingo de Silos, Burgos

en las que se representa a Dios como la Trinidad, pero en una forma plástica determinada, de entrada, se tienen que admitir dos cosas:
1. Con estas iconografías, el teólogo redactor quiso dar un mensaje teológico preciso.
2. El teólogo redactor tenía que poseer un gran poder eclesiástico para poder realizarlas en la forma que lo hizo.

De hecho, es una evidencia que existen iconografías en el románico que sólo pueden entenderse por la voluntad del teólogo redactor del programa y por la propia historia. Por esta causa, en el estudio de este arte, es tan importante analizar los rasgos formales o estilemas del maestro artista como conocer el pensamiento del programador teológico; es decir, las dos caras de la moneda.

Creo que estaréis conmigo en que estas dos imágenes acerca de la Trinidad hablan con voces diferentes. No es lo mismo representar a Dios con un solo cuerpo y tres cabezas (caso de Alquézar) que a través de sus tres símbolos (Silos). Por eso, mientras el teólogo redactor de Alquézar estaba utilizando la teología de Juan Escoto Eriúgena, el de Silos hacia lo propio con la de Joaquín de Fiore. El teólogo redactor también tiene mucho que decir en los estudios sobre el Arte Románico.
Un abrazo a tod@s

Hola a todos

Pero, contemplar el arte románico también puede llevarte hacia la diversión. Ya que es sábado, pongamos un ejemplo sobre el que en otras ocasiones ya hemos dialogado. Si miramos este canecillo:



en el templo de Santa Maria de Sorejana, en Cuzcurrita de Río Tirón, La Rioja, es evidente que nos viene a la cabeza este otro "bicho televisivo y cinematográfico".



El Arte Romático también tiene estas cosas.
¡Feliz fin de semana!.
Un abrazo a tod@s

Hola a todos

En el estudio del Arte Románico, conocer el significado de los detalles plásticos es muy importante. Pongamos un ejemplo sobre el símbolo de la(s) llave(s). No sólo se trata de un atributo iconográfico que sirve para identificar la figura de San Pedro.

Miremos esta representación iconográfica en un esmalte de Limoges, Metropolitan Museum of Art (Met):



De entrada, por la manera de estar connotado con dos llaves, podríamos tener la tentación de identificar al personaje con San Pedro. Además, en nuestro colectivo imaginario, la tendencia natural que tenemos es la de identificar a Cristo como Maiestas Dómini bendiciendo con su mano derecha, mientras que sostiene el libro de la vida con la mano izquierda.



Sin embargo, no debemos olvidarnos de que Cristo también puede ser connotado con dos llaves, siguiendo el Libro del Apocalipsis y, aquí, entra en juego el significado teológico de los detalles plásticos de las diferentes iconografías del Arte Románico.

De nuevo, a través de la presencia de los detalles plásticos, queda evidenciada la importancia del teólogo redactor en los diferentes programas iconográficos del Románico, por pequeña que sea la obra a desarrollar. Su pensamiento, sus lecciones teológicas diferentes, se expresan sutilmente a través de detalles plásticos.
Un abrazo a tod@s

Hola a todos

Aprender a ver el Arte Románico desde una perspectiva adecuada exige saber mirar más allá de la forma de las imágenes. Como siempre afirmamos, son los detalles plásticos los que acaban hablando no de la maestría del escultor, pintor u orfebre sino del pensamiento del teólogo redactor de esa iconografía.

De hecho, como otras veces hemos comentado, las iconografías románicas, sean de la naturaleza que sean, nos hablan con más intensidad si, además de los estilemas o rasgos formales del trabajo del escultor o pintor, podemos conocer la lección teológica o parte del pensamiento del teólogo redactor.

El trabajo de las relaciones entre el pensamiento y los estilemas de una imagen se puede realizar sobre conjuntos iconográficos, pero también sobre piezas. Hoy, hagamos hablar un poco más a un conjunto de detalles plásticos, en dos piezas, una pétrea y otra pictórica, que presentan a Cristo nada más ni nada menos que como creador y en el Paraíso con Adán y Eva y nos fijemos, sobre todo, en el detalle del nimbo crucífero.





Está claro que el relato del Génesis se inicia:

Pero también en el Evangelio de San Juan:

¿Cómo se interpreta ese IN PRINCIPIO: en sentido temporal o en sentido existencial?

Si es en sentido temporal, las traducciones actuales son las siguientes:

¿Por qué colocar a Cristo como el creador en el episodio de la creación de Adán en medio del Paraíso? Hay que estar atentos a la interpretación teológica neoplatónica de la época que dan la traducción en sentido existencial. Entonces, toda la interpretación cambia:

Estos maestros pintores o canteros sabían muy bien lo que se traían entre manos; pero, los teólogos redactores que supervisaban sus trabajos todavía conocían mucho mejor su trabajo, se la jugaban. Como estamos comprobando en estas entradas, no todo el Arte Románico habla desde la misma perspectiva teológica, ni es una simple lección catequética o una biblia para los pobres.
Un abrazo a tod@s

Hola a todos

En la entrada de hoy, el recordatorio de la utilización de los símbolos como detalles plásticos menores en el Arte Románico. Se trata de esos detalles que, si no estás muy atento, pasan desapercibidos a los ojos.

Tradicionalmente, se ha establecido esta triple distinción a la hora de la relación símbolo-peregrinación que había realizado el cristiano:
1. Peregrino: a Santiago de Compostela, símbolo la vieira.
2. Romero: a Roma, símbolo la llave.
3. Palmero, a Jerusalén, símbolo la palma.

Como estamos comentando, en el Arte Románico, ni los detalles plásticos menores son gratuitos. Es evidente que los peregrinos del románico tenían claros los símbolos de las tres principales vías de peregrinación. Además, conocían sus respectivos símbolos.

En uno de los famosos relieves de Silos, aparece la popular "concha de Santiago", colocada en el zurrón de Cristo. Está connotado como peregrino, en el relieve del encuentro con los discípulos en Emaús. Silos está en una de las rutas del camino de Santiago.



En la Iglesia de la Asunción de María en Fornovo di Taro, en la Emilia Romagna italiana, se produce otro ejemplo.



Ahora, es la llave la que connota el camino de peregrinación, la via Francigena, hacia Roma. La llave como símbolo del peregrino que vuelve de Roma.

Como siempre hemos dicho, hasta los detalles plásticos menores hablan en el Arte Románico con voz propia.
Un abrazo a tod@s