Hola a todos
En primer lugar, Eva, permíteme que vuelva sobre la iconografía original que ha abierto este diálogo. Después, en otras entradas, ya hablaremos de las posibles relaciones con elementos plásticos de origen irlandés. Aprovechando que es verano y ya que hace tiempo que no lo hago, me voy a lanzar a la piscina proponiendo una primera interpretación. Ya me diréis lo que opináis. Al observar detenidamente este conjunto iconográfico,
sus imágenes no sólo sorprenden por esas 10 cabezas con las serpientes, también lo hacen por la presencia de la escultura (uno de los pocos casos del románico) del famoso dragón de siete cabpezas del
Apocalipsis:
Un dragón que fue utilizado como símbolo por los milenaristas, en especial, por Joaquín de Fiore. De hecho, junto con otro par de textos bíblicos, Fiore utilizó el siguiente pasaje del capítulo XII del
Apocalipsis:
Citar:
“Y una grande señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.
Y estando preñada, clamaba con dolores de parto, y sufría tormento por parir.
Y fue vista otra señal en el cielo: y he aquí un grande dragón bermejo, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas.
Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las echó en tierra. Y el dragón se paró delante de la mujer que estaba para parir, a fin de devorar a su hijo cuando hubiese parido.
Y ella parió un hijo varón, el cual había de regir todas las gentes con vara de hierro: y su hijo fue arrebatado para Dios y a su trono.
Y la mujer huyó al desierto, donde tiene lugar aparejado de Dios, para que allí la mantengan mil doscientos sesenta días.
Y fue hecha una grande batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles lidiaban contra el dragón; y lidiaba el dragón y sus ángeles.
Y no prevalecieron, ni su lugar fue más hallado en el cielo.
Y fue lanzado fuera aquel gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña a todo el mundo; fue arrojado en tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él."
para hablar de la
fecha profética de 1260, la del nacimiento de la llamada Tercera Era, la del Espíritu Santo. Estaríamos, por tanto, en la época del Anticristo y de sus secuaces.
En la interpretación exegética que hace Joaquín de Fiore de las siete cabezas de la bestia apocalíptica, cada una de las siete cabezas se corresponde con una de las siete persecuciones que se producirán contra la Iglesia antes de la llegada de la Edad del Espíritu Santo, representadas por el nombre de un tirano "macho": Herodes, Nerón, Constancio, Mahoma, Mesemot, Saladino, el Anticristo.
En la interpretación exegética que hace Joaquín de Fiore de las siete cabezas de la bestia apocalíptica, las dos últimas cabezas se corresponderían con las dos últimas grandes persecuciones contra la Iglesia, la de Saladino (1138-1193) y la del Anticristo. La presencia del dragón de siete cabezas y la sinécdoque de sus ángeles (representados por la cabeza que tiene la serpiente antigua como una especie de corona) servirían para identificar el tiempo presente, es decir, el posible tiempo del teólogo redactor de la iconografía de Nuestra Señora de la Antigua de Butrera, finales del XII y principios del siglo XIII. Además, si contamos todas las cabezas humanas de esa iconografía, dan un total de 13. Diez colocadas en la parte superior; tres, en la inferior.
De hecho, creo que de un conocimiento esotérico (una doctrina que se transmite oralmente a los iniciados) nos hablan más elementos iconográficos como este, el personaje con el velo que cubre su boca:
o este otro, el del personaje que sostiene el objeto sólo conocido por los iniciados:
Pero, en esta iconografía, hay todo un mundo de símbolos por comentar. Seguiremos dialogando.
Un abrazo a tod@s