Queridos amigos:
Ya dijo Hegel que
en una época de piedad no hace falta ser religioso para crear una obra de arte verdaderamente religiosa, mientras que hoy el artista más hondamente devoto es incapaz de hacerla. Propósito quizás último de toda religión es ofrecer el tema de la muerte como una forma de consuelo y esperanza; y todas estas meditaciones son las que me producen las hermosas imágenes que habéis colgado en este tema, y también esta que pertenece a un tímpano interior de la iglesia de San Justo, en Segovia:
Por lo que he podido averirguar, las figuras policromadas que aparecen son la de Santa Elena, madre de Constantino (emperador y fundador de Constantinopla), con su corona y manto imperial, y que lleva, como las otras dos damas que la acompañan, un frasco de perfume en su mano. El obispo sería un tal Macario (REAU, L.:
Iconographie de l'art chrétien, tomo III)
Iconographie des saints,10), que observaría la visitación de la emperatriz al
Santo Sepulcro (quizás recordando al tema de las "tres Marías") , aquí sobre arquerías y cubierto por un arcosolio en cuyo interior se encuentra una cruz de tipo visigodo. El personaje con alas es, claramente, un angel turiferario. Aunque aún dentro del románico, según Soledad Diaz González
el movimiento de los plegados de la Santa, el del propio incensario, la blandura de la talla y expresión de los rostros así como la incipiente comunicación entre algunas de estas figuras, nos hablan de ese espíritu natural e idealista a la vez, con el que empieza a caminar el estilo gótico.Pero me guardo una panorámica más alejada del conjunto para una entrada en otro tema ya famoso e interesantísimo del antiguo foro...
Abrazos.