Queridos amigos:
El episodio de la Anunciación se narra en el Evangelio de
Lucas (1, 26-38), pero los
apócrifos (
Protoevangelio de Santiago, Libro de la Natividad de María, Evangelio del Pseudo Mateo y el
Evangelio armenio de la Infancia, que influyen sobre todo en el mundo bizantino), aumentan los detalles, al igual que la literatura posterior inspirada por ellos: María rezando en su casa, leyendo arrodillada o hilando la púrpura para el velo del Templo, etc.
Respecto a la iconografía, se han señalado dos variantes principales:
San Salvador, Ejea de los Caballeros
1. una de
origen griego, en la que María aparece
sentada y en la cual, como en otros aspectos de la iconografía del tema —por ejemplo el ángel adoptando los atributos de Mercurio, el mensajero de los dioses— pueden suponerse influencias de representaciones clásicas como las del
mito de Danae.
Dánae era hija de Acrisio, rey de Argos, al cuál el oráculo de Delfos le predijo que su nieto lo mataría; para evitar que Dánae concibiese un hijo, el rey la recluyó en una torre o en una cámara subterránea con paredes de bronce. A pesar de esto, Zeus que se unió a ella metamorfoseado en lluvia de oro o en arco iris consiguiendo entrar a través de una hendidura del techo y de aquella unión nació Perseo.
2. otra, de origen sirio, en la que la Virgen se
levanta ante la presencia del ángel:
Moissac. Como bien apuntó Vane, el gesto de María se mueve entre la sorpresa y la humilde aceptación de un mensaje tan trascendental.
Conques. En esta hermosa representación María sujeta la tela con que elabora el velo del Templo, que también toca un personaje situado detrás, seguramente el sacerdote mencionado en el
Protoevangelio de Jaime (párrafo 12). En el texto que sujeta el ángel se puede leer GABRIEL ANGELVS.
Ángel que suele figurar de pie, aunque existen ocasiones en que se representa arrodillado ya en el siglo XII, y su origen quizá haya que buscario en la costumbre feudal de arrodillarse ante el señor como gesto de sumisión.
Silos.
San Juan de Ortega
No sé que pensaréis vosotros, pero a mí me da que en estas obras los artistas pusieron lo mejor de sí mismos, quizás conscientes de que la Anunciación
es el momento culminante de la vida de María pero también el comienzo de la misión de Cristo en la tierra ya que, desde el mismo momento en que María da su asentimiento a las palabras del Ángel, la Encarnación se materializa y tiene lugar la concepción virginal, «Et verbum caro factum est». J. I. González
Abrazos.