Por comentar en primer lugar la Resurrección de Lázaro, remitimos al lector a escuadriñar los pequeños detalles, principalmente los dos sepultureros que moviendo la tapa del sepulcro donde se halla, traen el cuerpo de Lázaro a la vida, mientras que en la esquina superior las dos hermanas, Marta y María contemplan apesadumbradas la escena.
Debemos inferir en este momento la conexión del arte medieval con el arte de la antiguedad, de manera tal que en su evolución denotamos actitudes que se identifican con pasajes de las mitologías clásicas y queterminan por enlazar en su evolución otros conceptos fínamente definidos, para convertirlos en vehículos de expresión de un 'arte moderno' capaz de ser entendido en el momento contractual en que se produce, por todos los que lo contemplen.
Y también de esta manera, el arte románico, en su conexión con el arte de la antigüedad, define esas actitudes emulando características plásticas de personajes que marcan en esta escena los ritmos comprensivos, como son los dos sepultureros, a los que intuitivamente identificamos con la labor de Caronte, el barquero de la laguna Estigia y en la parte superior izquierda, con las Moiras, personificaciones del [j]Fatum[/i] o destino, cuyas equivalentes romanas eran las Parcas (en latín Parcae).
Hay dos aspectos principales a estas proposición. El primero es el grado en el que han quedado influenciados en sus análisis los historiadores que investigan un período del arte medieval, como el románico, con todas sus distorsiones figurativas, dislocaciones espaciales e incluso el uso antinatural del color en las pinturas; y de hecho, la selección del material por influencia artística contemporánea en sus desarrollos.
Estas influyentes sugerencias ya fueron hechas anteriormente por Meyer Schapiro, en su estudio clásico del estilo publicado por primera vez en 1953, donde señala que "los valores del arte moderno han dado lugar a un enfoque más comprensivo y objetivo de las artes exóticas, de lo que era posible hace cincuenta o cien años".[1] Señala, además, que: "Ese análisis se aplica en conceptos estéticos actuales en la enseñanza, la práctica, y la crítica del arte contemporáneo; el desarrollo de nuevos puntos de vista y los problemas en este último, dirigen la atención de los estudiantes a las características inadvertidas de los estilos más antiguos ".[2] Puede ser que estas declaraciones se refieran más a su propia práctica histórica del arte que a la de otros profesionales como él combinasen el estudio del arte románico con una carrera como crítico de arte y conocía personalmente a muchos artistas importantes vanguardistas. Una pregunta más amplia es el grado en que las preocupaciones y los valores ideológicos y políticos contemporáneos estuviesenn implicados en el proceso del análisis histórico del arte del pasado.
NOTAS:
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[1] Theory and Philosophy of Art: Style, Artist, and Society. Meyer Schapiro. George Braziller, 1994 - pág, 57.
[2]Ibid, Ibidem.. pag. 55