Nuestra portada del mes de Noviembre, evoca de manera intensa la iconografía funeraria que el románico ha creado en una de las lecciones teológicas más bellas: el sarcófago de Doña Blanca de Navarra.
Los trabajos historiográficos consultados hablan de árboles y de temas autónomos basados tanto en datos históricos propios de la vida de la reina (en concreto, su muerte) como en pasajes bíblicos del Nuevo Testamento. Por eso, con este artículo se ha pretendido ir un poco más allá, intentando demostrar que toda la iconografía de este espléndido sarcófago está concebida como una unidad semántica, en definitiva, como una auténtica lección teológica basada en el pensamiento de Juan Escoto Eriúgena.
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