Hola a todos
Hace días que no tocamos este tema. Aunque, de hecho, alguna vez ya hemos hablado de esta curiosidad iconográfica románica que se encuentra en el templo de San Miguel de Gormaz, Soria.
Este conjunto pictórico, compuesto por una escena del Pesaje de las almas o
Psicostasis y tres personajes que sostienen almas dentro de lienzos, forman parte de un programa iconográfico que ha sido datado entre 1125 y 1132.
Por lo tanto, el tema teológico de la
Psicostasis se conoce en tierras de Soria ya a principios ya del siglo XII.
Nos encontramos ante una escena del Pesaje de las almas especial. La balanza está equilibrada y parece ser que se haya querido reproducir como una especie de diálogo visual en el que el Demonio pregunta a San Miguel acerca de la ausencia de almas en la balanza y que San Miguel le responda con la mano derecha abierta (con la izquierda sostiene la balanza) como queriéndole decir que ya no queda ninguna más para pesar. Si fuese así, se estaría dando la idea de que el juicio particular de todas las almas ha llegado a su fin, ha concluido.
A la derecha de la imagen de la Psicostasis, los tres personajes que sostienen dentro de lienzos no una sola alma (imagen plástica que podría llevar directamente al tema iconográfico del seno de Abraham) sino que sostienen grupos de almas connotadas como una especie de, si se me permite escribir así, “
personaje andrógeno imberbe”.
Estos tres personajes están colocados entre árboles. Analicemos un poco
estos árboles, porque de nuevo remiten a la idea neoplatónica recogida sólo por Juan Escoto Eriúgena de los dos árboles como símbolo del Paraíso, el Árbol del Bien (Cristo, cuyo árbol es la vida Eterna), El árbol del conocimiento del bien y del mal, el que hizo pecar a los primeros padres.
Citar:
“En el mismo Paraíso, el citado Teólogo, el gran Gregorio expone que hay dos árboles, de los que uno –como él dice- tiene el nombre de “Todo” y el nombre del otro es “Mezclado”.... Por tanto, ninguno de los que siguen la doctrina del citado Teólogo piense que en el Edén hay muchos árboles de diversas formas y frutos diversos como si fuera una selva copiosa, plantada de multitud de árboles, sino que sólo había dos: "Todo" y, el otro, "Mezclado".
“El “Todo” árbol es el Verbo y la Sabiduría del Padre, nuestro Señor Jesucristo, que es todo árbol fructífero, plantado en medio del Edén de la naturaleza de dos modos. .. Su fruto es la vida eterna... Su aspecto es bello. Él es lo Bello y la Belleza de todo lo bello, es causa y plenitud de la belleza....”
“Así pues, queda que hablemos del “Mezclado”, esto es del árbol del conocimiento del bien y del mal... De acuerdo con el Maestro citado, cuya opinión sobre el Paraíso no solamente seguimos sino que también la recapitulamos, el “Mezclado” es la maldad disfrazada de bondad en la fantasía enraizada en los sentidos corporales, es lo contrario al primer árbol que es “Todo”. Pues de la misma manera que en el primer árbol, uno imagina todo bien y está todo bien, así también en el “Mezclado” se encuentra la totalidad del mal..."
Si observamos los dos primeros personajes, aquellos que están colocados antes del vano de la pared, los dos comparten un árbol central, connotado con frutos, y en sus laterales tienen colocado otro árbol connotado sin frutos. ¿Qué ocurre con el tercer personaje? Está colocado entre dos árboles que son los mismos: a la derecha, el que tiene frutos; a la izquierda, el que no posee frutos.
¿Quiénes son estos personajes? Nada más ni nada menos que la iconografía recoge el tema teológico del
seno de Abraham, Isaac y Jacob. ¿Cómo lo sabemos?
Existen fuentes documentales:
1.Es un concepto teológico que ya se conoce desde el punto de vista sacramental, tal y como pone de manifiesto este magnífico estudio en lengua catalana:
Citar:
“En d’altres textos litúrgics antics s’esmenten els tres profetes, com al Sacramentarium Vetus, on es llegeix «Collocare dignare animam famuli tui N. in sinibus Abrahae, Isaac et Jacob», o en la Litúrgia copta de sant Ciril d’Alexandria, «Digneu acordar-los el repòs al si dels nostres pares Abraham, Isaac i Jacob»”. MONTSERRAT PAGÈS I PARETAS, EL POBRE LLÀTZER I EL SI D’ABRAHAM EN L’ART MONUMENTAL DE LA CATALUNYA ROMÁNICA, p. 88 (versión electrónica)
2.Se conserva un misal en Inglaterra, nada más ni nada menos que del siglo XI y en la catedral Exeter (¿os suena de los
Pilares de la tierra?) donde se recoge el tema teológico:
Citar:
“Exaudi, domine, preces nostras, et iter famuli tui Ml. propitius comitare, ...... ct in sinibus abrahc, isaac, ct iacob collocare dignetur”, The Leofric missal as used in the Cathedral of Exeter during the episcopate of its first bishop, A.D. 1050-1072. Together with some account of the Red book of Derby, the Missal of Robert of Jumièges, and a few other early manuscript service books of the English church. Edited, with introd. and notes.
3.Forma parte de una lección teológica del Libro V del
Periphyseon de Juan Escoto Eriúgena:
Citar:
“Así pues –como dice Máximo-, cada uno de los santos poseerá su nube, esto es la propia virtud y profundidad de su contemplación. En la medida que uno se aproxime al conocimiento de la verdad, así será arrebatado al encuentro con Cristo en el aire,... gozará siempre en la nube de la contemplación propia –en las divinas teofanías-. Asimismo –según Ambrosio- las nubes son los Patriarcas –esto es, Abraham, Isaac y Jacob-, en cuya fe, acción y conocimiento- como en determinadas nubes esplendorosísimas- los herederos del Nuevo Testamento serán arrebatados al encuentro de Cristo.”
Además, todo queda más claro con textos como el siguiente:
Citar:
“Así pues, las edificaciones de las que participan los justos solos están configuradas en las nupcias espirituales que contraerán las vírgenes prudentes... gozarán solos a los que –como dice Gregorio, el Teólogo- “les está permitido, una vez vencida la materia y la carne –como sobrepasadas ciertas nubes y velos-, llegar a estar en Dios mediante la razón y la contemplación, y ser mantenidos –en cuanto le es posible a la naturaleza humana- en la luz más pura. Estos son los bienaventurados: lo son en esta vida con su ascensión: lo son en la otra con la edificación””.
(Juan Escoto Eriúgena, Periphyseon)
Está claro que los detalles plásticos del románico se entienden en el contexto de la filosofía teológica de la época; claro está que hay que saber o poder encontrar sus lecciones o pensamiento. En el fondo, se debe conocer el pensamiento que originó las diferentes iconografías.
¡Cuidaos mucho, que esto va para largo!Un abrazo a tod@s.