Hola a todos
Hoy, un toma sobre el que en alguna otra ocasión ya hemos dialogado. En la filosofía teológica neoplatónica no puede existir la verdadera sabiduría sino se produce
la iluminación divina. Y esto lo encontramos en lo que se considera un sorprendente románico rural.
Por eso, tanto el teólogo redactor como el maestro cantero pueden ocupar iconográficamente este espacio en la famosa iconografía del templo de Revilla de Santullán, Palencia.
Se trata del instante místico que permite revivir el gran momento de la fe. Y, por sus gestos, el teólogo redactor del programa lo sabe:
¿Os habéis fijado en lo significativas, por simbólicas, que son tanto la posición de su cabeza como la expresión de su mirada así como la manera con la que sujeta el libro que tiene entre sus manos? Además, están esos tres dedos con un alto grado de simbolismo.
Tal vez, el pobre teólogo redactor de Revilla de Santullán tuviera el mismo problema que describe Eriúgena en estas pocas líneas:
Citar:
“Percibo que esta cuestión, envuelta en una espesa niebla, exige gran habilidad para su resolución. Pero para no pasar a otra cuestión sin examinarla, intentaremos considerarla de algún modo en la medida en que el rayo interior de la luz divina nos ilumine.”
(Juan Escoto Eriúgena)
De hecho, estas palabras de Eriúgena son una petición en toda regla de la
iluminación divina. Los detalles plásticos en el Arte Románico no dejan jamás de hablarnos aun en los templos del llamado sorprendente románico rural.
Un abrazo a tod@s