Según citan las fuentes, el románico en el Imperio Germánico no aparecerá hasta el reinado de Enrique IV (1056-1106), tercer emperador de la dinastía salia; aunque no será hasta el primer emperador Hohenstaufen, Conrado III (1138-52), cuando se afiance.
Se caracteriza por tener edificios de gran tamaño, excesivamente altas, con cubierta plana de madera; siguiendo lo que otonianos y salios habían edificado anteriormente. Su planta se caracteriza por la bipolaridad; asemejando dos iglesias adosadas, puesto que tiene dos cruceros, dos presbiterios, y dos ábsides: poligonales o semicirculares; flanqueados por torres; lo normal es que uno de estos coros se levante sobre una cripta.
Con el avance del románico, la nave central se cubrirá con bóveda de arista, correspondiendo un tramo de ésta con dos de las laterales. Apean en columnas que articulan los muros, además de las formas de resalte y los contrastes de luces y sombras en los muros. María Laach es el claro ejemplo de estas características, como veremos posteriormente. Con esta disposición, el interior se divide en tramos independientes y no en las naves corridas que todos conocemos.
Además de la influencia otónida, Cluny y el románico borgoñón, influirán a la hora de construir, sobretodo los monasterios benedictinos.
Pongo un par de mapas:
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