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Mi personal querido enemigo no tiene pérdida, mejor dicho, no desaprovecha puntada. Perdido entre los frios oscenses se aburre, y para entretenerse y, de paso, llamar la atención sobre su existencia carga sus tintas sibilinamente a la menor ocasión. Jolín, cómprate un TBO y déjanos en paz, hombre!! Ahora, después de cargar contra los que no cuidan lo que esconden, añade en su página principal: "El mundillo del románico se estremece cuando aparecen conjuntos escultóricos detrás de un retablo, como ocurrió recientemente en la localidad segoviana de Turégano; o ya hace más tiempo en el ábside central de Santo Domingo de la Calzada.
Surgen discrepancias sobre si dar prioridad al retablo que oculta o al tesoro ocultado. Brotan encendidas controversias dignas de televisivas tertulias del corazón acerca de quiénes son los personajes esculpidos.."
El mensaje está dirigido a sus allegados conocedores y, de paso, a nuestro amigo Vicente Borreguero, cronista oficial de la Villa de Turégano, defensor, como dice en el apartado correspondiente de su web de la teoría de que el Santiago de Turégano es el menor y no el mayor. Mi enemigo personal nos silencia, no porque no sepa cual es el papel que hemos jugado, sino por amor al arte, al arte de sus amigos, que rechazarían su amor si nos mentase.
A mi querido enemigo le diría que el otro día tuve el placer de leer en público, ante unos 50 personajes universitarios y delante de Jesús, lo que él dice sobre Jesús en su apartado de Vilar de donas, a lo que Jesús, al que hice acompañarme al presidir el acto se sonrojó. Cosas de mi enemigo, intrascendentes.
Y es que el hombre se sale. Un hombre que ha sabido cuidar el arte de la fotografía y que hace de las iglesias que visita unas perfectas disecciones no debería salir de esa práctica, cuando interpreta desmerece, y eso sí es telebasura. Saludos.
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