Queridos amigos:
Antes que nada, agradecer la preciosa aportación de Fer, en su línea de calidad expositiva y explicativa.
Vuelvo con el temas de las
rejas románicas debido a que he podido contemplar en vivo tres de las maravillas de este arte que se encuentran en la
Catedral de Jaca. Siento que las fotografías no les hagan toda la justicia que merecen

, pero hay que tener en cuenta que algunas de ellas fueron realizadas sin un permiso que considero injusto

, por el tema que tantas veces hemos tocado en este foro sobre la apropiación indebida de un arte que debe ser patrimonio del pueblo.
Antes de empezar hemos de recordar que la catedral poseía, además, tres rejas de ventanales: una en los muros faldones de la nave central, que fueron condenadas al ser abovedada en el siglo XVI; otra en el ábside central que se eliminó con aquél en el XVIII; y otra en el ábside septentrional que se ocultó tras un retablo en el XVI.

La anterior fotografía corresponde a la reja que, según L. Diego Barrado, pudo proteger las reliquias de Santa Orosia. Lo que se contempla en la actualidad es una reja de tradición renacentista, pero está realizada con elementos procedentes de la que cerraba el ábside central de la Catedral. Actualmente se encuentra en el Museo Diocesano.

Los motivos que decoran las bandas verticales son "ces":
cuatro róleos dispuestos en sentido inverso dos a dos y afrontados, de tres vueltas y media, quedando unido a los montantes mediante abrazaderas o presillas (Nacido del fuego).
Muy cerca de la anterior se encuentra la que para mí es la "reina" de las rejas, tanto por la originalidad de sus motivos, casi únicos en la Península, a excepción de los que forman parte de otra en la Catedral de Lisboa, como por el trabajo de artesanía que encierra: las varillas principales no van soldadas, sin engarzadas por una presilla retorcida, y el trabajo de los róleos se realiza sin moldes, totalmente a pulso.
Reja de Santa María de Iguacel. Museo Diocesano de Jaca.

Catedral de Lisboa. Fotografía: Jesús de Gregorio.
Las extremidades de la varillas principales se decoran con cabezas de animales y de seres humanos (en la página 3 de este tema vimos una fotografía), además de las flores que sí hemos visto en la Catedral de Ávila y en Sª Mª de Melide.

Iguacel.

Melide. Fotografía: MAti Novas.
Al estar junto a esta singular pieza de arte, uno siente que, más que de hierro, son imanes misteriosos los que componen su esencia, pues atraen con una fuerza mágica la mirada y secuestran la imaginación hacia el momento en que el herrero forjaba su ofrenda, seguramente con el mismo esmero y pasión que el maestro cantero ponía sobre su piedra.

Nos queda pendiente otra reja de este magnífico templo.
Abrazos.