Hola a todos
Eva, habrá que estudiar con más detalle la colocación de esa cabeza humana que nos propones. Pero, de nuevo, veo por ahí, el número seis en la cantidad de esos arcos ciegos. Estos días no dispongo de mucho tiempo, pero habrá que mirar los otras figuras que se colocan al lado de esa cabeza para establecer las diferentes correspondencias.
En el estudio del Arte Románico, no todo va en una única dirección; por mucho que algunos estudios así nos lo quieran hacer creer. En la época del Románico, como tú comentabas el otro día en otra entrada, había más libertad de pensamiento de lo que comúnmente se nos quiere hacer creer. Te pongo un ejemplo, que otras veces he comentado, acerca del concepto teológico de la Doble Creación del hombre y el valor simbóico del número seis.
Está claro que el número seis (6) es un número simbólico para la teología neoplatónica cristiana que habla del hombre hasta en lecciones teológicas plásticas tan hermosas como ésta:
Se trata del famoso
Salterio de Eadwine, datado en 1150Antes de nada, fijémonos en un detalle plástico, la presencia de los ángeles en las esquinas de las seis primeras viñetas, si queréis llamarlas así.
Con este detalle plástico, se está diciendo: la seis primeras escenas para hablar de los seis días de la creación, con la culminación del hombre, sin distinción de sexos, a partir de la visión neoplatónica de Cristo como Logos, como palabra creadora. Todo esto se produciría en el Cielo, el lugar donde habita la verdadera naturaleza de Dios.
Seis escenas, ya sin el detalle de los ángeles, para hablar de la vida de los primeros hombres, a partir de la distinción de sexos y de su visión terrenal.
Nada, en definitiva, en imágenes, la teoría de la doble creación de la que otras veces ya hemos hablado y no lo decimos sólo nosotros:
Citar:
“Tanto Gregorio de Nisa como Eriúgena consideran que la creación entera fue establecida por el solo mandato de Dios… Se entiende que el Carolingio está aceptando del Capadocio la doctrina de la doble creación del ser humano: la primera se realizó en la imagen de Dios, y en ella el hombre tuvo un cuerpo espiritual e inmortal. La segunda ya no es en la imagen, y en ella el cuerpo es diferenciado sexualmente en vistas a la propagación de la especie.”
(José Antonio Pachas, S.D.B., Doctor en Teología Dogmática, Influencia de Gregorio de Nisa sobre Juan Escoto Eriúgena. Aproximación a partir del Periphyseon)
O, lo que es lo mismo, a partir de palabras del propio Eriúgena:
Citar:
“¿Acaso no se da a entender la naturaleza de las dos creaciones del hombre? Ciertamente, primero está escrito: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó”. He aquí la primera creación, en la que no se ha hecho ninguna mención al limo de la tierra ni tampoco al alma viviente... Evidentemente, primero expresa en singular la simplicidad de la naturaleza antes del delito: “A imagen de Dios lo creó”. Esto mismo -es decir, que el hombre ha sido creado igual a los ángeles pero no permaneció en aquella dignidad sino que inmediatamente comenzó a alejarse del bien.
Sigue la segunda creación, que toma su conocimiento de la división de la naturaleza en dos sexos, división añadida por el castigo de la prevariación: “Los creó macho y hembra”. Pero expresó la división de la naturaleza humana en plural, debido al delito: “Los creó macho y hembra”. Y la semejanza a los animales racionales siguió a esta división: “El hombre fue hecho en un alma viviente”. Dios conformó en la naturaleza humana un nuevo modo de multiplicación por el que había sido animado por el pecado, implantando en la humanidad un modo de sucesión entre ellos, propio del animal irracional, en sustitución de la nobleza angélica.
Ni la Escritura guarda silencio sobre esto. Pues inmediatamente después de la trasgresión, habla de que la naturaleza humana, que era simple antes del pecado, fue dividida después de la caída en el doble sexo.”
(Juan Escoto Eriúgena, Periphyseon)
Además, leyendo esta expresión de Eiúgena,
el hombre ha sido creado igual a los ángeles, se entiende perfectamente la presencia del detalle plástico que hemos comentado.
Sinceramente, una vez más, creo que acabamos de demostrar que no todas las manifestaciones del arte románico son una simple Biblia para los pobres. Además, los detalles plásticos son de suma importancia. De nuevo, muy buenos los artistas del románico; pero, detrás, siempre muy atentos, los teólogos redactores.
Eva, espero que te ayude. Con tiempo, intentaremos hacer una lectura de esa portada que nos propones.
Un abrazo a tod@s