Hola a todos
Volvamos, una vez más, a las particularidades de la iconografía del Libro de Kells a través de una nueva iluminación:
Si nos fijamos en su disposición, los Cuatro Vivientes se ordenan en torno al espacio que deja una figura geométrica que puede ser claramente identificada con una cruz. Sin embargo, también es verdad que sorprende la distribución de los cuatro símbolos, ya que no se ajustan a lo que vendría siendo la manera más utilizada y que se identifica con la ordenación circular de los cuatro evangelios siguiendo el orden establecido en la Vulgata por San Jerónimo: Mateo (Ángel), Marcos (león), Lucas (ternero o buey), Juan (águila).
En apariencia y sólo en apariencia, los símbolos de este hermoso Tetramorfos del libro de Kells siguen un modelo desordenado. Sin embargo, si nos fijamos con atención, el teólogo redactor de esta magnífica iconografía pictórica lo tenía muy claro. Nos estaba presentando los símbolos desde la teología en una ordenación en zigzag, que debe empezarse a mirar desde el ángulo superior izquierdo (desde la perspectiva del lector) y de arriba abajo:
A la izquierda del lector, los dos símbolos que representan los acontecimientos salvíficos de la naturaleza humana de Cristo:
1. Ángulo superior izquierda: San Mateo, el hombre-ángel, la Encarnación
2. Angulo inferior izquierda: San Lucas, el ternero, la Pasión
A la derecha del lector, los dos símbolos que representan los acontecimientos de la naturaleza divina de Cristo:
1. Ángulo superior derecha: San Marcos, el león, la Resurrección
2. Ángulo inferior derecha: San Juan, el águila, la Ascensión.
Pero, además, para que no quede ninguna duda acerca del contenido teológico de esta doble división, se colocaron detalles plásticos que ayudan a su interpretación.
Sobre la figura del hombre-ángel (San Mateo, la Encarnación, ocurrida en la Tierra), otra figura que representa a un ángel o la naturaleza espiritual de Dios. Además, es el único acontecimiento que se presenta solo. Después, en los otros símbolos se produce la utilización conjunta de una tríada: muerte, resurrección y ascensión de Cristo.
Sobre la figura del ternero (San Lucas, la Pasión, ocurrida en la Tierra, una figura que siempre se representa con sus cuartos delanteros doblados en claro simbolismo de aceptación del sacrificio salvífico) y formando un triángulo las figuras del león (San Marcos, la Resurrección, ocurrida en el Cielo) y el águila (San Juan, la Ascensión, ocurrida en el Cielo).
Debajo de la figura del león (la Resurrección) y también formando un triángulo, las figuras que representan la Pasión y la Ascensión. De esta manera, se consigue esta ordenación triangular circular: Pasión (vértice inferior izquierdo), Resurrección (vértice superior central), Ascensión (vértice inferior derecho)
Debajo de la figura del águila (la Ascensión) y también formando un triángulo, las figuras que representan la Resurrección y la Pasión. De esta manera, se consigue esta ordenación triangular circular: Pasión (vértice inferior derecho), Resurrección (vértice inferior izquierdo), ascensión (vértice superior central).
Pero tenemos más detalles plásticos interesantes. Cada símbolo de los Vivientes deja salir, del círculo en el que se encuadran, una vara florecida como símbolo de la unión de los cuatro acontecimientos salvíficos. Sin la Encarnación del Hijo de Dios (sucedida de niño) ninguno de los otros tres acontecimientos salvíficos (sucedidos de adulto) hubiese sido posible.
Si nos fijamos bien en la ubicación de estas varas, vemos que las que corresponden a la naturaleza humana de Cristo (San Mateo, hombre-ángel, la Encarnación y San Lucas, ternero, la Pasión) tienen las dos flores hacia abajo, es decir, tocando la Tierra. Ahora bien, mientras la vara de San Mateo habla en clave trinitaria (los tres símbolos del Cintamani o puntos), la de San Lucas lo hace en clave de la doble naturaleza (los dos elementos colgados en cada vara).
Si hacemos lo propio con las que corresponden a la naturaleza divina de Cristo (San Marcos, león, la Resurrección y San Juan, águila, la Ascensión) tienen las dos flores hacia arriba, es decir, tocando el Cielo. Pero, también aquí, mientras la vara de San Juan habla en clave trinitaria (los tres símbolos del Cintamani o puntos), la de San Marcos lo hace en clave de la doble naturaleza (los dos elementos colgados en cada vara).
En definitiva, este detalle plástico vendría a indicar: mientras en el Cielo Dios es trino; en la tierra, se presenta a través de la doble naturaleza.
Nada, ya callo.
Un abrazo a tod@s